“Ya nadie cree en la revolución. El Gobierno de Díaz-Canel no concita ningún afecto ni respeto. El país no produce casi nada”.

“Ya nadie cree en la revolución. El Gobierno de Díaz-Canel no concita ningún afecto ni respeto. El país no produce casi nada”.
Como si lo representado no perteneciera a la realidad externa, sino a una zona intermedia: sueños, recuerdos, arquetipos, órganos del inconsciente.
“No pudieron quitarte el placer de que la pinga se te pare así”, asegura ella y lo palpa. “Aunque igual esté mutilado”, acota él.
Yo misma he usado páginas de obras clásicas para recoger excrementos de mis gatos.
Una excelente representación de una era pasada. Una mirada oblicua al presente cubano. Una advertencia para el futuro.
Me hace gozar de un modo indefinible, / Yo, que siento por él; yo, que le llamo, / ¡Yo creo en el amor, porque yo amo!
‘Hypermedia Magazine’ reproduce en exclusiva, por cortesía del autor, un fragmento de la novela ‘Martina querida’ (Ediciones Sequoia, 2025).
Martí es nuestro equipo de fútbol, una suerte de grandeza manejable, a falta de la real, la de todos los días de un país normal.
Con gafas de escolta, bigotín de la KGB, pañuelito de Luis Vuitton (¿regalo de Ana de Armas?) y su impecable look de chulo con traje y corbata, desde un poster de autopropaganda nos sonríe feliz.
Como colectivo, estábamos solos en las manos abismales de la infinitud. El cosmos no formaba parte del castrismo. Y eso, sin saberlo, constituía un alivio existencial.
La desgracia de Tamara es infinita; más difusa que la bola del mundo, más caliente que la arena del Sahara, más pesada que la Antártida; más profunda que la desesperación, la desolación y la desesperanza, todas juntas.
Siempre quedará como un enigma por qué Reinaldo Arenas permitió que le tomaran esa foto con la que entró en la Historia marcado por el Tiempo.
La edición 2024 de los Latin Grammy omitió a artistas cubanos durante el homenaje a la salsa, un género que tiene profundas raíces en la cultura de la isla.
A un año de la muerte del escritor Edmundo Desnoes, nuestra revista comparte un capítulo del libro ‘Landing in New York’, de Felicia Rosshandler, pareja del escritor. Traducción, revisada por la autora, de Orlando Luis Pardo Lazo.
Con gafas de escolta, bigotín de la KGB, pañuelito de Luis Vuitton (¿regalo de Ana de Armas?) y su impecable look de chulo con traje y corbata, desde un poster de autopropaganda nos sonríe feliz.
The Atlantic: “El movimiento político de Trump introduce a los votantes más jóvenes en su tipo de camaradería”.
Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, pasó de agente de policía a jefe de una banda, y ahora es una pieza clave en el caos de Haití, uniendo bandas y desafiando al primer ministro.
Esta coalición incluye a Rusia, Corea del Norte (RPDC), Cuba, Irán, Siria y Venezuela, países bajo sanciones económicas y políticas, especialmente de Estados Unidos y la Unión Europea.
«Juan Abreu es para Cuba lo que su admirado Bernhard fue para Austria; Juan Goytisolo, para España; lo que Fernando Vallejo es para Colombia; y Castellanos Moya, para El Salvador: una voz implacable, despiadada, pero imprescindible por su talante crítico».
“Sin garantías para el ejercicio ciudadano de la sociedad civil es imposible la reclamación de derechos y similares oportunidades para todos”.
Muchos cubanos desconocen que en 1870 casi nos volvemos parte del imperio alemán que Bismarck cocinaba en Europa.
Le encantaba disfrutar de la lozanía de mi carne, blanca, firme, inundar su boca de esos olores que emanan de un sexo joven.
“Espero ser lo más sincera posible cuando te hablo de las agonías, tristezas, pero también de lo sensual, lo empoderado, del amor y el desamor”.
Conversando con el autor de Cerval, El brazo de los sin casa, Todas las guerras… El escritor que ahora cocina Fundamento Caín: ambicioso proyecto audiovisual en torno a la figura de Guillermo Cabrera Infante.
Trabajé cuatro años para ellos. Aproximadamente 12.000 CUC me robó el gobierno en Cuba cuando abandoné la misión. La familia no tiene derecho a extraer ese dinero. Solo el colaborador puede hacerlo. Pero no me permiten la entrada al país.
“Me autodenomino como una artista transdisciplinaria, porque con lo que hago, intento que atraviese las fronteras de lo uno o lo otro. Hago converger el videoarte, la fotografía, las instalaciones, la escritura, el teatro y lo performativo, pero no hay una barrera”.
Es inevitable hallar referentes en su obra que cuestionan transversalmente las jerarquías, las estrategias de poder, las distinciones de clases, la arbitrariedad estatal, la coacción.
Un viaje a la semilla, un rescate de la infancia, o al menos de lo que el expatriado llama infancia, que es toda la vida anterior a la partida de casa.