No hubo escenario que pudiera abarcar su inmensidad. No existieron tacones que la acercaran más al cielo que su propia voz. No había dulzura mayor que el azúcar que de sus orgullosos labios salía, cruzaba el mar, y llegaba a su Santos Suárez natal.
Música
Después de la libertad
El piano dice que estamos en un sueño viejo. Este puede ser el interludio perdido a la siesta de un fauno. Quizás un material apócrifo en el desierto.
Peso Pluma: el latino que se convirtió en mexicano
Peso Pluma podría definirse como un dispositivo transcultural. Ha tomado todo elemento internacional que le interesa y lo ha incorporado a su imagen.
Reguetón, reparto, sexo: bondades para descolonizar el cuerpo (Pauta III)
Se impone descolonizar la actividad sexual y expresiones artísticas como el reparto lo consiguen desde el lenguaje sincero y la organicidad de las expresiones populares.
Revolución repartera (te parte y te re-contra-parte)
No hay alivio en la voz del revolucionario o fidelista; sin embargo, el llanto de las caderas es siempre liberador bajo la voz sazonada del choco-reparto.
Carlitos Hernández, un bajista del reparto
Con el reparto puedes hacer una obra maestra o una canción muy mala. No se puede generalizar, ni prejuiciar.
¿Quién sueña en el contén del barrio?
Los hijos de Guillermo Tell, le piden del público; pero responde que ese padre tampoco vino hoy.
De Chet Baker y de mi padre
“Duermo como un niño. Cuando pongo la cabeza en la almohada nada me perturba”: así vivía mi padre, con el ingenuo individualismo de los dioses.
Tiradera de esencia y conciencia (Pauta II)
Poco saben, quienes sostienen la narrativa de la alta cultura como única alternativa, qué pinga es en plena adolescencia escaparle al rugido de las tripas, mientras te aprendes el último pasillo que se pegó.
Santiago Feliú en el espejo retrovisor
Una guitarra que era en sí misma una realidad alterada por la manera en que debía ser puesta contra la caja del cuerpo para disparar, en ráfagas, acordes o qué sé yo.