Roberto Viña es un artista total: escribe teatro, cuentos, poesía, ensayos. Da clases en la universidad. Por su empeño y dedicación, a veces lo veo ir y venir como si fuera un tipo del Renacimiento. La Habana del siglo XXI parece querer amedrentar, mermar, a todo aquel que, como él, anda con un millón de historias en la cabeza.
Columnistas
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Especulaciones sobre el fallo de los VPN en Cuba
Algo está claro: la conexión a Internet, como casi todo en Cuba, es anormal. Es como si una nube negra estuviera posada todo el tiempo sobre nuestra conexión. Aunque estemos adaptados a esta continua relatividad, no hay cómo ponerse apolítico: todos los caminos conducen al totalitarismo.
La cigarra de Yevgeni Zamiatin
Escuché lo que había grabado. Al oírlo, todo me dolía aún más. Lamenté que mi teléfono no hubiera registrado la estridencia, el volumen. Lo puse en Facebook a ver si alguien sabía qué era. Un amigo me mandó un enlace a un artículo donde salía exactamente el mismo sonido, pero el titular me chocó: Ataques sónicos... Me quedé atónita.
Ya no puedo sentir mi cuerpo
Todo lo que he conocido, primero en la literatura, después en el teatro y el cine, se torna una puesta en escena del horror que todavía no puedo traducir en palabras. Es presenciar cómo se discrimina y se deshumaniza; y cómo la violencia de género es tangible allí: mujeres, madres, ancianas, artistas, periodistas, intelectuales cubanas.
Cambio
¿Se puede anular la experiencia vivida por medio del cambio? ¿Podremos rebasar sin traumas, aquí en la isla, la llegada de una lógica de consumo apresurado, donde se vive de desechar constantemente? ¿Estamos preparados para renunciar a esa memoria afectiva por los objetos a la que nos ha acostumbrado la precariedad?
Bodegón con urinario y cráneo de diamantes
La gente adora los objetos porque los desea. Las frutas de una naturaleza muerta dan ganas de cogerlas del cuadro y comerlas. Los sneakers Balenciaga y Yeezy dan ganas de tenerlos, aunque cuesten 1200 dólares; si no puedes permitírtelos, compras imitaciones y punto. Lo mismo pasa con el arte contemporáneo.
Eliana Rivero: “Por 30 años le di a la Revolución el beneficio de la duda”
“Cuando me integré a Areíto yo todavía le daba el beneficio de la duda a la Revolución Cubana. El problema fue cuando empezaron a reprimir a la gente. He comenzado a releer los números de Areíto que nosotros publicamos en 1980, con todo lo del Mariel, por ejemplo, y no puedo creer la carga ideológica que tenía y que yo no veía entonces”.
La urna, la muerte y el deseo
Hace ya doscientos años Keats dio a conocer un poema-credo, uno de esos textos que se vuelven hacia la tradición y le hablan: “Oda a una urna griega”. En tiempos de desidia y maldad, todavía es necesario aludir a ese enigma que excede al pensamiento: “Tú, forma silenciosa, te burlas de nosotros como hace la Eternidad”.
Espacios malditos: La UCI
Hay una energía telúrica en el entramado de la UCI. Es casi una mazmorra, una ciudad dormitorio como Alamar. A todos los efectos, una ciudadela confinada. Sus 392 hectáreas están arraigadas a una historia geobiológica inflamable, a mitos y leyendas urbanas que vaticinan su condición de cuartelillo hostil.
La histeria como himno nacional
Entiendo por qué es difícil para la gente reconocer que existen estos momentos: es ver sin metáforas el horror de un pueblo. Yo me quedo con esta imagen: dos mujeres dentro de la turba, desde el otro lado del cristal de la patrulla, nos hacían la señal de “me gusta” con sus manos, dejándonos saber que no eran todos, y que no eran tan sinceros.