No una Cuba imaginada o deseada, mucho menos una Cuba inagotable, pero sí una Cuba negada cínica y persistentemente.
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He decidido dejar de justificarme
Nosotros, los artistas, hemos sido cómplices del desastre en nuestra nación; hemos dejado de mirar atentamente, de responsabilizarnos con la reflexión fina que conlleva nuestra situación política a cambio de privilegios obtenidos en pacto con el Estado.
La guerra de todo el pueblo
Para desmovilizar a los instrumentos de la violencia, es urgente abolir la estructura antagonista Amigo-Enemigo. Lxs artistas, intelectuales y periodistas que hoy enfrentan al poder en Cuba, desafían esa lógica porque manejan las herramientas semióticas para desarmarla, pero también porque cuentan con amplias redes de afecto.
El deseo clandestino y las jóvenes artistas cubanas
En la lectura de poesía de la joven curadora Carolina Barrero, o cuando Camila Lobón insiste en la separación entre Estado y sociedad, el deseo tiene la fuerza capaz de desficcionalizar al Estado total. La esencia del gesto genera un saber que habita en un umbral por el cual se regeneran formas de crear, imaginar, y estar juntos.
Desamparo: Testimonio de los sucesos del 27E
Las habituales justificaciones del Estado ante la brutalidad policial se desmoronan ante las imágenes del 27 de enero, al mismo tiempo que suman apoyos, no por la patria en abstracto sino por los afectos, porque son colegas, conocidos o conocidos de conocidos que, quizás por primera vez, han sentido que a ellos también les pudiera pasar lo mismo.
El arte de Celia González: provocación, resiliencia y trascendencia
“La mayoría de las mujeres de mi generación, artistas o no artistas, no se plantean el feminismo. Pero eso está cambiando: se siente en el aire, se siente en los textos, y en los últimos meses se ha visto el aumento de mujeres activistas, como protagonistas de dos momentos cruciales: el Movimiento San Isidro y el 27N”.
Marta María Pérez Bravo: “Mi obra sí marcó una diferencia en Cuba”
“Yo siento que mi obra sí marcó una diferencia en Cuba y en América Latina; mi trabajo lo ha demostrado, aunque yo no me lo haya propuesto, y me siento muy orgullosa de eso. Dentro y fuera del mundo del arte, mi obra fue trascendente por la manera de ver a la mujer, el cuerpo, la relación con la religión. La gente se identificó mucho”.
Esperanza contrapatriarcal
El Estado cubano es patriarcal y autoritario en extremo. Para ese tipo de Estados, resulta medular impedir el feminismo. Pero esa es una tarea imposible. El pasado 8 de septiembre, el autoritarismo patriarcal fue contestado con girasoles. El extrañamiento que produce una imagen de este tipo corrompe la solemnidad sobre la que se pretende legitimar la represión.
El funcionario totalitario
Críticos de arte y cuadros políticos convergen instituyendo un imaginario coactivo: lo que el cuadro prescribe y violenta en su función de gestor cultural, el crítico lo omite en su escritura de la historia. Las dos acciones reforman continuamente el mecanismo victimario; ambas se vuelven artífices de la culpabilidad del violentado.
En compañía terraria
He leído mucho en esta cuarentena, intentando ubicar mi lugar en el mundo más cerca de lo improbable, de lo terrario, de la ficción y del feminismo; al mismo tiempo que, inevitablemente, siento rabia ante el autoritarismo de mi país, dirigido por hombres que se llaman a sí mismos intransigentes como si eso fuera loable.