Bend the knee! [Doblar la rodilla, inclinarse]
La tecnología es el último “Dios que no fracasó”.
Lawrence E. Page —CEO de Google Inc.—, Mark Zuckerberg —CEO de Facebook Company— y Satoshi Nakamoto —seudónimo de los creadores de Bitcoin— coronaron. Son los nuevos mesías. Sus obras maestras son simplemente dignas de admirar. Si Sansa Stark —de Game of Thrones— hubiese renacido, la causa y efecto de sus sueños húmedos corresponderían a los papis durakos de la net. ¡Qué Joffrey, ni siete reinos! Los matadores de la verdad y la mentira, del sosiego y la ansiedad, del ego y la vanidad: ¡Ala Page, Zuckerberg, Satoshi, p**os amos!
Benditos sean los creadores de la ingeniería social, económica y política más brutal de nuestro sistema de comunicación actual: la Internet.
¡King in the Internet! Ese es el trono que está en juego, que todos quieren ocupar. La Internet lo legitima o lo destruye. No es fácil mantenerse a flote dentro de la red. Le convierte en su amo y en su siervo. Somos verdaderos paganos de la Web y sus plataformas.
Las hazañas de la raza humana se amansaron. No se miden por fuerza bruta o por intelecto. Quien alcanza los ratings más altos en views, likes, followers, se transforma en leyenda. No hay vuelta atrás: si usted no aparece en Google, no existe o ciertamente es usted un fantasma, un hacker, un troll, un rebelde de la Matrix, consciente del espacio que lo subvierte y anonada. Es usted —para efectos— un disidente.
The Internet is coming!
Está usted bajo los efectos del conductismo metódico de Internet. Usted es absorbido por los chutes de dopamina de las notificaciones. No lo puede controlar, no se resista. Esos tonos activan neurotransmisores en su sistema. Algo similar a las experiencias recogidas por los pioneros del conductivismo Skinner y Pàvlov en los experimentos con sus mascotas, como el hecho de adaptar a un perro a comer siempre que sonaba la campana, quien con el tiempo salivaba con solo escucharla.
Los algoritmos de las redes sociales modifican tu conducta a través de símbolos y patrones adictivos de placer y recompensa. Se traducen básicamente en cifras. Se pueden resumir en los montos de la cuenta @kimkardashian (la influencer) o @bikinifree (la posible influencer). El egocentrismo fue lanzado al mercado digital y está al alcance de todos (o al menos eso nos han hecho creer). La conducta, en mayor o menor medida, está normada por la popularidad. Desafortunadamente ya es un estilo de vida propugnado con fuerza. Equiparable a la furia del reguetón y su versión más actual, el trap.
Los caminantes blancos
Una nueva crisis de gobernabilidad ha emergido. Aspirantes y practicantes de las redes sociales se lanzan a una competición global única. Conducta modificada y convertida en un imperio de alquiler pues se torna difícil mantener la renta —siempre aparece un mejor postor—. Un problema que se denomina INCORDIO. (Según Jaron Lanier en Ten Arguments for Deleting Your Social Media Account Right Now (2018), INCORDIO es la máquina estadística que vive en las nubes computacionales, un tipo de plan de negocio que genera incentivos perversos y corrompe a las personas).
A continuación, sus estatutos:
- El dominio de la atención
- El buitreo en la vida de todo el mundo
- Fabricación de contenido agresivo
- La manipulación del comportamiento de las personas de la manera más sibilina.
- El engaño disimulado
- Las falsas muchedumbres o comunidades
- El alarde de poder
Las grandes casas tecnológicas como FB y Google dependen de las estadísticas de INCORDIO, otros gigantes como Microsoft, Amazon y Apple, recurren a ella de manera ocasional. Es un problema fácilmente distinguible. Las plataformas poseen, como si de Bollywood se tratase, una inflación cinematográfica y actoral notables. Los extras —claro está— vitales: son los casos de imageboard como Reedit y 4chan (comunidades anónimas ligadas a las subculturas y el activismo en Internet. Responsables de la creación y popularización de memes), favorecedores de la acumulación de “caminantes blancos”.
Somos víctimas de un vandalismo social invisible. La influencia sobre la psicología y el comportamiento humanos, se fabrica de manera artificial en dichas comunidades. No me refiero a asistentes personales como SIRI (aplicación con funciones de asistente personal para iOS, cuyo funcionamiento está basado en Inteligencia Artificial), sino a la colección de entes fantasmagóricos o “caminantes blancos”: bots, Inteligencia Artificial, falsos amigos, falsos seguidores, falsas publicaciones y perfiles automatizados.
Ojo: me refiero con perfil falso o bots a un fraude producido en masa con la intención de manipular, no al intento adolescente de camuflarse, investigar y vapulear a contrarios creándose un perfil falso en FB o Instagram (véase @sofia.hernández, perfil antagónico de Luis Manuel Otero y la 00 Bienal de La Habana).
En el territorio de INCORDIO cualquier pequeño comentario de “los caminantes” puja. Se convierte en una carrera por la total anulación y destrucción personal o, todo lo contrario, hace que el mundo sea simpatiquísimamente falso.
Según un artículo de The New York Times, a principios del año 2018 el precio de cuentas o personas falsas en Twitter ascendía a 225 dólares por los primeros 25 mil followers falsos. Los bots pueden generar una tormenta de publicaciones basura (shitpots) para lograr lo que ya no podría conseguirse mediante anuncios.
Las cuentas falsas son retuiteadas por una legión de bots. Son un ataque cultural potenciado por hackers que propician un bombardeo de sitios web con tal tráfico de datos que resulta imposible que ninguna persona real pueda acceder a él.
The Day Before Trump [El día antes de Trump]
Curiosamente el color naranja está de moda, es el nuevo rosa o el nuevo azul. Si el tono le atrae o no, no es de real importancia, pues como quiera trasciende. Es lo que sucede con los gustos o preferencias, causan polémicas (al menos en las redes sociales). La tonalidad ya no se compara con un bello atardecer. La bergamota tiene sabor a Donald Trump. El rey usuario de los adictos a las redes sociales. El lord desencadenante de los traumáticos comentarios fascistas y fóbicos. El precursor del término NPC en los anales de Internet (específicamente Twitter).
Trump ha transformado la competencia en olas de tuits destructivos y, por consiguiente, en notabilidad. Quién devaste completamente a otra persona o reciba un tratamiento amable a cambio de su lealtad absoluta, prevalece, aunque solo por milésimas de segundos (Consúltese @kanyewest en Twitter).
¿Eres un NPC?: Non Playable Character, la expo.
La cadena de 4chan “¿Eres un NPC?”, iniciada por un usuario anónimo en un tablero de videojuegos (julio, 2016), desencadenó la campaña de trolling en la red social Twitter. Como parte de una maniobra falsa, con consignas y call to action, en relación a las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, las cuentas NPC (proTrump y contraTrump / liberales y derechistas / demócratas y republicanos) se propagaron intencionalmente con más de 1500 bots en la plataforma.
El término NPC (Non Playable Character, Personaje No Jugable, en español) originalmente proviene de la comunidad de gamers. Se refiere a un rol dentro de los videojuegos controlado por IA o códigos. En Twitter se ajustó a personas que seguían de forma autónoma los pensamientos y tendencias sociales de grupo. En el año 2018, prevaleció como el meme insigne de la campaña ideológica en el reino digital. Se trataba de una guerra que había sido abrazada por hordas de trolls vestidos, con pieles grises, de adversarios políticos. (Grises porque el meme consistía en una cara gris, una modificación del meme Wojak, usado para expresar arrepentimiento o melancolía).
Un dato significativo que favoreció su creciente acogida fue la estrategia de Alex Jones (recientemente bloqueado en FB, YouTube y Spotify), vocero de teorías conspiracioncitas de la ultraderecha estadounidense, quien ofreció 10 mil dólares al que realizase el meme más original.
Después de la campaña del movimiento político internacional de afrodescendientes #Black Lives Matter (2013) en las redes sociales, NPC ha sido la batalla campal en el ámbito digital, más destructiva y humanamente lacerante. El meme evidenció la polarización política y la deshumanización de las redes sociales. Su implosión expresó otra tendencia social: “cortar y pegar” criterios abiertamente.
A tono con este hecho y teniendo en cuenta la reciente apertura social a la Internet en Cuba, durante la XIII Bienal de La Habana se llevó a cabo la exposición colectiva NPC: Non Playable Character, en Fanguito eStudio, espacio gestionado por el artista Rodolfo Peraza. Probablemente usted no estuvo enterado del acontecimiento. Actualmente no es importante si al menos está leyendo este texto. Otros proyectos valiosísimos acontecieron y también pasaron desapercibidos. Una carta que le guardamos a esta Bienal.
La lista de artistas participantes estuvo encabezada por Vuk Cosic (Eslovenia, padre fundador del movimiento net.art), Yucef Merhi (Venezuela, pionero del net.art), Hamilton Mestizo (Colombia, artista new media enfocado en las intersecciones entre la biología y la tecnología), Christian Oyarzún (Chile, net.art, vinculado a la cultura Cyberpunk), Nina Coulson (Reino Unido, net.art) Diletante Digital (Cuba, sitio web dedicado a las cultura de Internet), Filio Gálvez (Cuba, net.art), Rewell Altunaga (Cuba, pionero Game Art en Cuba), Naivy Pérez (Cuba, net.art), el dúo Serones (Cuba, net.art, game-art), Rodolfo Peraza (Cuba, pionero new media, game-art, net.art).
Las obras que formaron parte de NPC… exploraban cómo la cultura de los videojuegos e Internet ha modificado radicalmente la política, la información y el arte en la actualidad, especialmente en su producción, distribución y recepción. Hacían referencia a las comunidades digitales emergentes e Internet como sitio de vigilancia, las batallas ideológicas y políticas de resistencia, la circulación y el control de noticias falsas e información perdida.
NPC… no pretendió colocarse bajo el amplio paraguas de “new media show”, tuvo un propósito franco. Dejó clara la consigna fundacional del movimiento net.art: “El Arte era el sustituto de Internet” (“Art was a substitute for the Internet”. Véase Vuk Cosic: Defining net.art. Net art Painters and Poets (2014). Catálogo), en internet anything goes, sus plataformas (redes sociales) son un reflejo de la naturaleza humana. Una expo meritoria si se tienen en cuenta los niveles de alienación culturales con respecto al espacio público digitalizado en Cuba.
Ahora que nuestros políticos y corresponsales de guerra se han movido a FB, Instagram y Twitter, pues están advertidos de lo que allí se gesta, usted está obligado a ser consciente y sintonizarse con sus dinámicas de funcionamiento. Aprovechar el espacio que “gratuitamente” Zuckerberg y sus panas le han provisto.
Pertenecer, ser un zombi, un NPC o un idiota.
La pintura hechizada de Noel Dobarganes
Noel Dobarganes revisita una tradición clásica con mirada oblicua, como quien transita entre dos aguas. Su pintura tiene poco de cubana, y sí mucho, de norteamericana.