Habana Cuba, una joya en el SoFA Market de San José (CA), ofrece auténtica cocina cubana, siguiendo las recetas de su fundador, Ciro Calvo, como chef de Fulgencio Batista.

Habana Cuba, una joya en el SoFA Market de San José (CA), ofrece auténtica cocina cubana, siguiendo las recetas de su fundador, Ciro Calvo, como chef de Fulgencio Batista.
“Utilizamos nuestro cuerpo para expresarnos pero también lo usamos para ocultar pensamientos, deseos, fantasías”.
“El fenómeno del cine joven y del cine independiente joven cubano ha cuajado ya, con Muestra o sin Muestra. Durante un tiempo fue el vehículo para hacerlo visible, pero ya ese cine está ahí. Diría que es el rostro más visible del audiovisual cubano hoy”.
Javier Milei gana la presidencia de Argentina, poniendo fin a la era Kirchner y prometiendo drásticas reformas económicas y una vuelta a los valores liberales. ¡Viva la libertad, carajo!
La ex primera dama Rosalynn Carter, pionera defensora de la salud mental y estrecha asesora del presidente Jimmy Carter, ha fallecido en Plains, Georgia.
El fascismo entre los cubanos no es nada particularmente malo. Por el contrario, se nos da bastante bien y lo entendemos mucho mejor que a la democracia.
El destino de Argentina pende de un hilo: La promesa de estabilidad de Massa frente a la sacudida radical de Milei en la votación decisiva de este domingo.
Pablo Pacheco Ávila (Puerto Padre, Cuba, 1970) es periodista independiente y opositor al régimen cubano. Miembro del grupo de los 75 condenados de la Primavera Negra. Fue desterrado a España y vive actualmente exiliado en Miami.
30 bebés prematuros, que se encontraban en el hospital Al Shifa, de Gaza, fueron evacuados con urgencia a Egipto para recibir atención.
Kipling dedicó un epitafio a su hijo muerto en la I Guerra Mundial: “Si alguien pregunta por qué hemos muerto, díganle que porque nuestros padres mintieron.” He ahí el gran asunto de la narrativa cubana que es el gran tema de Los caídos, de Carlos Manuel Álvarez.
Marqué el número de la Embajada de la tiranía cubana en la capital de los Estados Unidos. Me dio timbre, como de costumbre. Pero esta vez todo sería diferente.
Para leer hoy literatura cubana, habría que usar una estrategia baudelaireana, es decir, aprender a encontrar la belleza en medio de la mediocridad. Aunque pensándolo bien, no: lo que decía Baudelaire era otra cosa.
No se le ocurrió otra cosa que decirme “long live the Cuban revolution” en cuantos idiomas decía saber o a esa hora le dio por inventar.