Esta va a ser una semana especialmente tensa en Oriente Medio, incluso para los estándares de una región ya de por sí volátil.
Esta va a ser una semana especialmente tensa en Oriente Medio, incluso para los estándares de una región ya de por sí volátil.
¿Se podría establecer un paralelismo entre el aumento de los niveles de violencia ciudadana con un posible inicio de episodios de violencia política contra el Estado y sus representantes?
Si hay un escritor anclado a la ‘weird fiction’ en quien la extensibilidad contaminante de lo sobrecogedor se expresa en lo descriptivo más que en lo narrativo, ese es Thomas Ligotti.
Fidel me firmó un papel. Cuando me muera, seré enterrado en ese pedacito de tierra que está detrás de los fogones, allí donde ahora están los puercos.
Las memorias escritas por el líder opositor ruso Alexei Navalny antes de su encarcelamiento y muerte se publicarán a finales de este año.
El nuevo documento califica el conflicto ucraniano de “guerra santa” para defender la “Santa Rusia” y esboza ambiciosos objetivos, como aumentar la población rusa de 144 a 600 millones.
El poeta se confiesa hostil a las epopeyas memoriosas. Casi no se autoanaliza, ni le interesa apelar al encanto de otra época, más dichosa que los difíciles años en que escribe y publica estas páginas.
Arnoldo Fernández Verdecia (1971) es un escritor, periodista, docente e historiador cubano, graduado de la maestría en Ciencias Sociales y Pensamiento Martiano por la Universidad de Oriente.
Más de un año después de su dimisión como ministro de Petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami ha sido detenido acusado de corrupción.
El pueblo donde crecí tenía una sola calle, larga y negrísima. Los lunes por la mañana, cuando todos iban para el trabajo, se pisaban los juanetes como en las pinturas de Marcelo Pogolotti. Daba náuseas mirar el gentío tropezando sobre aquella cuerda floja.
¿Qué habría pintado Banksy en las paredes de la calzada más bien enorme de Jesús del Monte? ¿Se habría atenido a la pobreza de los refugiados? Porque es sencillo admitir que los refugiados son solo los que se marchan o se quedan fuera de la isla, cuando en verdad también lo son quienes permanecen en ella.
Tanto Trump como Biden habitan una realidad paralela que deja fuera de su burbuja a una parte considerable de la sociedad. Da igual en qué lugar nos situemos ante las protestas, el BLM, los debates de género o la guerra cultural. La sensación es que ni Trump podrá sofocarlos, ni Biden podrá integrarlos.
Para hacer televisión, incluso televisión chatarra, se necesita gente talentosa. Gente como la abucheada Doctora Ana María Polo: mujer, cubana, americana, sobreviviente del cáncer, lesbiana, abogada, cantante, toda una vedette. Aunque a todos nos parezca muy mediocre, esa señora es un crack en el stage televisivo latino.