La amarga sensación de que aquel podía ser el último conversatorio y la última lectura de Antón Arrufat.

La amarga sensación de que aquel podía ser el último conversatorio y la última lectura de Antón Arrufat.
Greenaway relee a Shakespeare y coloca, en cada página, miles de notas al pie que hacen de ‘The Tempest’ una historia con diversos tipos de legibilidad: la teatral, la fantástica, la histórica, la antropológica, la estilística, la visual, la onírica, la sexual y la operática.
El caso de Walterio Carbonell ejemplifica bien cómo hubo un cambio entre lo esperado (un nuevo orden social igualitario) y el autoritarismo que fue impuesto en los años pos-Revolución.
A partir del 30 de noviembre, EE. UU. eximirá el requisito de visado a 41 países, incluyendo a Israel.
Incluso los aliados más cercanos de Israel han expresado su preocupación por la catástrofe humanitaria que se está produciendo.
Mi galería de horrores cinematográficos no conoce de épocas. Las películas del siglo pasado dialogan con las soñadas una centuria después.
El representante de Florida Carlos Giménez advierte de la profundización de los lazos entre China y Cuba tras la detención de 17 ciudadanos chinos en Cayo Largo.
Desde los mitos antiguos y las escrituras sagradas hasta la ciencia cognitiva, el número siete teje un tapiz de misterio y reverencia. ¿Por qué cautiva tanto a la humanidad este número tan singular?
El presidente Joe Biden publica una orden ejecutiva para establecer estrictas normas de seguridad y privacidad para la IA.
El negro me miró a los ojos. Cerró su boca de casi setenta resingados años. Su condición de colmillos cuaternarios de pronto desapareció. De pronto ya no parecía tan viejo aquel viejo marielito que me había roto el corazón con que vivo, con que vivimos.
El regreso que estabas esperando. En exclusiva. La entrevista definitiva al escritor Orlando Luis Pardo Lazo.
La taxista era cubana, como yo. Alguna vez ella había sido cubana, como yo. Pero ya no más.
En La Habana los pajeros salen por lo general a la caída del sol. A los de la calle G, cerca de la Facultad de Filología, se les puede adivinar colocados entre los árboles, fingiendo que leen un libro o que revisan un mensaje en el teléfono. El caminante no avisado puede confundirlos con estudiantes universitarios.