Sentí aquel aroma, tan suyo, a flores y sudor. Me enloquecía, pues lo imaginaba trepando desde el interior de su vagina.

Sentí aquel aroma, tan suyo, a flores y sudor. Me enloquecía, pues lo imaginaba trepando desde el interior de su vagina.
En mi historia personal, el hecho de ser “color cartucho” ha supuesto un gran privilegio. Al mismo tiempo es una fukin maldición. Entrar en esa bolsa me ha ubicado en una posición de indefinición. Una suerte de inopia racial.
‘Concierto mambí’ engarza el lenguaje culto de la poesía decimonónica con las expresiones populares más crudas. Como cuando dice: “Es más puro y más volao // —más lindo y potente, asere— // amparar al que se muere // que obedecer a un singao”.
Me levantó la saya y metió la mano por un costado del blúmer, directo a la vagina.
A veces, el socialismo parece ser sólo una larga lista de todo lo que no puede hacerse.
Los venezolanos se convierten en un grupo demográfico clave, con un aumento de su población en EE.UU. del 169% desde 2010.
En la película ‘Corazón azul’ de Miguel Coyula, el documental ‘Ave Maria’ de Gustavo Pérez, y el libro ‘Everglades’, de Jorge Enrique Lage, se distingue una Cuba que trasciende su historia.
La creciente inflación del 140% empuja a los ciudadanos a los mercados de segunda mano en busca de ropa, ya que el aumento de los costes y la pobreza modifican los hábitos de compra.
La designación de Alexis Triana, un comisario, como presidente del ICAIC, exhibe la falta de voluntad gubernamental para el consenso y el desarrollo artístico de la nación.
Algo de Henry Miller y de Sebald, pero además de Godard y hasta de David Lynch, tenía el reparador de teléfonos públicos que, una tarde opaca de 2013, llamó a mi casa para preguntarme cómo podía obtener algunas películas sobre las que escribí en Sexo de cine.
Voy a explicar, de gratis, por qué le va mal al 98 % de la joven literatura nacional: en Cuba, casi todos los narradores tienen los pies firmemente apoyados en la tierra de lo inargumental. Por eso este país es tan delirante. Tanto así que muy pocos textos se pueden reducir a una nota de contraportada.
Apenas me enteré del problema que tuvo mi amigo Dagoberto Pedraja en la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional “José Martí” de La Habana, salí de inmediato para su casa a fin de conocer de primera mano todo lo sucedido ese día, a su regreso a la patria.