Yindra Elizástigui (Madre cubana, 50 años). Su hijo, Luis Robles, cumple presidio político por manifestarse pacíficamente en las calles de La Habana.
Yindra Elizástigui (Madre cubana, 50 años). Su hijo, Luis Robles, cumple presidio político por manifestarse pacíficamente en las calles de La Habana.
“El próximo sábado 28 de mayo, a las once de la mañana y en la Feria del Libro de Madrid, el escritor Alberto Muller presentará sus libros ‘¿Por qué Fidel abandonó al Che?’ y ‘¡Pobre Cuba!’. Dos libros que, estoy convencido, deberían estar en el librero hogareño de todos los cubanos”.
Hablar, en Cuba, de la carne, es viajar a tres regiones conexas y aposentarse en ellas simultáneamente: la carne sexualizada, la carne trucidada (asesinatos, feminicidios en su inmensa mayoría) y la carne comestible, que deviene cada vez más un manjar incorpóreo.
¿Por qué los periodistas jóvenes son capaces de trabajar para los medios estatales incluso cuando los perciben como personal y profesionalmente opresivos?
El ejército cubano muestra vastos arsenales subterráneos de armas de la era soviética, destacando depósitos estratégicos cerca de la costa estadounidense.
Los votantes hispanos de Florida favorecen a Trump frente a Biden para 2024, con un 45% respaldando a Trump y un 39% a Biden.
Intensos ataques aéreos israelíes golpean Gaza tras el fracaso de una tregua de una semana con Hamás, causando más de 100 muertos.
La película desentraña una confrontación encubierta que desemboca en una escalofriante secuencia de homicidios.
Israel retira a su embajador en España, lo que agrava las desavenencias diplomáticas tras las críticas del presidente Pedro Sánchez a las acciones israelíes en el conflicto de Gaza.
Ser un cineasta político o escandaloso no es ninguna vergüenza para un intelectual. Pero sería tonto considerar que ‘Santa y Andrés’ pudiera avanzar por el mundo sin el manto gris de la censura, que asusta y a la vez te muestra quienes son tus amigos en las malas, en lugar de esos cómplices puntuales que están ahí cuando las cosas marchan.
En cualquier caso, la noche que no fui a verla ya estaba casada. Parecía vivir en varios lugares al mismo tiempo: Toronto, Dubái, Libia, de nuevo Toronto. En esa época todavía me llegaban correos suyos o veía en Facebook sus fotos con niqab. Era traductora: de algo le habían servido todos aquellos tumbos.