¿Por qué los periodistas jóvenes son capaces de trabajar para los medios estatales incluso cuando los perciben como personal y profesionalmente opresivos?
¿Por qué los periodistas jóvenes son capaces de trabajar para los medios estatales incluso cuando los perciben como personal y profesionalmente opresivos?
«El régimen totalitario que somete a Cuba ha buscado en Anamely Ramos advertir a las madres que pensar un país diferente les costará la ausencia y la separación. En la condena al totalitarismo todos deberíamos estar unidos«.
La Habana sigue siendo una ciudad hacinada, que crece hacia adentro, hacia el interior de las casas, sigue sin ostentar la categoría de megaciudad.
Intensos ataques aéreos israelíes golpean Gaza tras el fracaso de una tregua de una semana con Hamás, causando más de 100 muertos.
La película desentraña una confrontación encubierta que desemboca en una escalofriante secuencia de homicidios.
Israel retira a su embajador en España, lo que agrava las desavenencias diplomáticas tras las críticas del presidente Pedro Sánchez a las acciones israelíes en el conflicto de Gaza.
El ODC conmina a organismos internacionales a revisitar los acuerdos ratificados por Cuba en materia de Derechos Culturales.
Dos hombres armados de Hamás mataron a tres personas en una parada de autobús de Jerusalén.
Henry Kissinger, influyente diplomático y premio Nobel que dio forma a la política exterior estadounidense, muere a los 100 años.
Esa es otra “gratuidad” de una política cultural férrea, maleable y corrupta, pues mediante contactos personales y amorosos, y también a través de sobornos, metecabezas penetran los medios de difusión masiva, virtualmente convencidos de que el consenso popular logrará redimirlos ante una fantasiosa posteridad.
En la biblioteca de la UNEAC, detrás de una mesa, estaba su director: José Rodríguez Feo. El rostro medio sombrío, la mirada desafiante. Nos saludamos y me invitó a mirar los anaqueles. Allí no había nada de Jane Austen. Se lo dije y me observó de arriba a abajo, con perplejidad. “Lo que hizo pobremente Jane Austen lo perfeccionó Henry James con una gracia total: lea a James”, dictaminó sin levantarse.
La historia que contó Erika esa noche fue más o menos como sigue.
Él era un trabajador de la Base Naval de Guantánamo, y ella, por ese entonces, antes de llegar a ser la modelo famosa en cuyo honor se celebraba la fiesta, una pobre guajirita que vivía enclaustrada por una estricta familia de cuáqueros filipinos.