El Partido por la Libertad, de Geert Wilders, gana las elecciones en los Países Bajos, abogando por el rechazo al islam, la salida de la UE y el antialarmismo climático.
El Partido por la Libertad, de Geert Wilders, gana las elecciones en los Países Bajos, abogando por el rechazo al islam, la salida de la UE y el antialarmismo climático.
La última serie fotográfica de Dionnys Matos (Holguín, 1991), ‘El orden de las cosas’, que se expuso en la galería neoyorquina Thomas Nickles Project, se vendió como merengue en la puerta de un colegio.
“El ‘art brut’ se debe comprender dentro de la realidad del arte cubano, su existencia es independiente de la voluntad o políticas culturales existentes que, en todo caso, no deberían marginarlo o ignorarlo”.
Gustavo Rodríguez, “Garrincha” (La Habana, Cuba, 1962) es periodista gráfico, caricaturista y artista visual. Vive exiliado en Miami.
La superestrella puertorriqueña Bad Bunny muestra su influencia en un exclusivo recorrido por su imperio en la música, la moda y los deportes.
Justina Orozco Jirón se ve obligada a exiliarse tras ser coaccionada a pedir disculpas al presidente Ortega y renunciar a sus derechos.
El presentador de Univisión Jorge Ramos critica la entrevista de la cadena a Trump, planteando
Mientras Kcho se codea con la curia pontificia, en Cuba hay artistas presos por intentar ejercer su creatividad y sus derechos.
Hamás libera a un tercer grupo de rehenes en un intercambio con Israel, mientras Estados Unidos espera una prórroga de la tregua en medio del actual conflicto de Gaza.
«Nunca más vas a entrar a Cuba«, le dijo la cónsul cubana con sarcasmo a mi amiga. A mi amiga ex-médica «quedada» en Chile, primer país democrático de Latinoamérica, casi del Primer Mundo.
El humorista menciona el tamaño de los churrascos que ha comido durante las últimas semanas. Anduvo por Texas, y se presenta en un centro nocturno de Hialeah. Finalmente anuncia que se marcha.Me deprime decirlo, pero regreso a Cuba.
Los veinticinco años transcurridos desde la desintegración de la URSS hasta la reciente visita del presidente norteamericano Barack Obama, han visto a la sociedad cubana debatirse en un precario equilibrio entre la miseria y el orgullo, entre el agobio y la codicia, entre la ira y el temor, entre el nacionalismo provinciano y el autodesprecio servil.