“No pudieron quitarte el placer de que la pinga se te pare así”, asegura ella y lo palpa. “Aunque igual esté mutilado”, acota él.
“No pudieron quitarte el placer de que la pinga se te pare así”, asegura ella y lo palpa. “Aunque igual esté mutilado”, acota él.
A cualquiera, seguramente, le ha pasado por la cabeza perpetrar un asesinato. A mí misma me pasó.
Los paralelismos históricos que ayudan a explicar el asalto de Elon Musk al gobierno federal.
Me hace gozar de un modo indefinible, / Yo, que siento por él; yo, que le llamo, / ¡Yo creo en el amor, porque yo amo!
‘Hypermedia Magazine’ reproduce en exclusiva, por cortesía del autor, un fragmento de la novela ‘Martina querida’ (Ediciones Sequoia, 2025).
Martí es nuestro equipo de fútbol, una suerte de grandeza manejable, a falta de la real, la de todos los días de un país normal.
Los chismes, los inuendos, los insultos y los bretes están de más. No participemos en las campañas de desinformación y descrédito de la Seguridad del Estado.
Escucha a alguien que lo llama. Pudiera ser su madre o su perro. No lo sabe y no mira atrás.
La esperanza y el cambio. El mensaje está claro: construir un mundo nuevo y mejor con los fragmentos del pasado.
“Busquemos esos horizontes, sigamos uno de esos caminos, desliguémonos del pasado, para poder marchar sin traba alguna”.
Al interior de las celdas continúan ocurriendo sucesos criminales a los que nadie presta atención: la necesidad sexual habrá de ser satisfecha contra todo precepto.
Juana M. Ramos (El Salvador). Profesora de Español y Literatura en el York College. Ha publicado los poemarios ‘Multiplicada en mí’, ‘Palabras al borde de mis labios’, ‘En la batalla’, ‘Ruta 51C’, ‘Sobre luciérnagas’, ‘Sin ambages/To the Point’ y ‘Clementina’. Es coeditora de la antología bilingüe ‘Palabra Volcánica / Parola Vulcanica’ y del libro de testimonios ‘Tomamos la palabra: mujeres en la guerra civil de El Salvador (1980-1992)’.
“tinturas naranja y solares / cubren la cara del bufón, / su corazón: un circo de ocasión”.
Vogue: “Un nuevo libro de A24 explora cómo visten los directores de cine”.
“Según declaró el domingo el jefe de la Comisión de Defensa de la Cámara Baja rusa, Andrei Kartapolov, a la agencia de noticias estatal RIA”.
The Atlantic: “El movimiento político de Trump introduce a los votantes más jóvenes en su tipo de camaradería”.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, visitará China el lunes y el martes para hablar de la guerra en Ucrania y de la profundización de la asociación entre Moscú y Pekín.
La ONU exige un alto el fuego inmediato en Gaza; mientras, las relaciones entre Estados Unidos e Israel se tensan cuando Biden critica las tácticas israelíes.
Aumentan las tensiones en Washington sobre la futura ayuda de EE.UU. a Ucrania.
Si las fuerzas le hubiesen acompañado, aún estaría regalando estrofas de aquel costumbrismo que él salvó de ser una moda superada.
La batalla marcada aquel 27 de noviembre del año más infame que hemos vivido, es la primera gesta auténtica de mi generación, y encontrará otra vez la fuerza allí donde la Revolución hace tiempo no fija su esencia: entre la mayoría fatigada y silenciosa que incuba un pensamiento impredecible.
Escribo para defender la arquitectura de autor, que no puede ser considerada ilegal por el gobierno cubano. Como tampoco puede considerar ilegal el cine de autor, las promociones de arte, las publicaciones y editoriales independientes, la prensa libre. Escribo, aunque el propio ejercicio de escribir este texto pueda ser considerado ilegal.
Conversación con Hamlet Lavastida: “El lenguaje que intenta construir el relato de la Revolución y el Estado es tan desmesurado que señala las antípodas de de sí mismo. Es un lenguaje tan cercano a la burocracia militar que podríamos pensar que la sociedad nunca se ha articulado más allá del delirio de algún lunático oficinista obsesionado con el género policiaco”.
El director se propuso superar las trampas que acechan a los realizadores de la diáspora: la del dinero, la del panfleto, la de la autoindulgencia y la de la irrelevancia.
Las monjas, a la par que símbolos ideológicos eclesiales de la virtud definitiva y la entrega absoluta a Dios, han devenido encarnaciones últimas de la doble represión, sexual y de género.
“Me botaron de San Alejandro por gusano, por falta de respeto, por contrarrevolucionario, me botaron por mi propia personalidad. Creo que en lo único en que he estado de acuerdo es por la razón por la que me botaron. Es verdad, soy un falta de respeto y un inadaptado formacional”.