Quiero escribir, pero me sale Miami. Lo mío no es la literatura, lo mío es Miami.

Quiero escribir, pero me sale Miami. Lo mío no es la literatura, lo mío es Miami.
“En Kafka, la K puede ser un aleph deformado, torcido, pero en plenitud de poderes. Aleph, letra infinita, también es el sonido de un ahogado. El asma de Dios”.
La tensión oculta de las cosas, como observa Balthus. De los cuerpos, digamos.
El mariscal Antonio José de Sucre fue un hombre muy culto y muy decoroso en palabras. Contrastaba en esto con Bolívar.
Mañana habrá quien, frente al mar, cuente mejor estas cosas. Mañana.
Ahmel Echevarría ha desarrollado una destacada trayectoria en la literatura y el periodismo. Su obra ha sido reconocida con numerosos premios, entre ellos, la Beca de la Fundación CINTAS 2025.
Herramientas para resistir el asedio de las redes sociales, encontrar propósito en lo cotidiano, volver a aprender a respirar a nuestro propio ritmo.
Aunque encarcelado desde hace más de tres años, Luis Manuel Otero Alcántara se las agencia una y otra vez para burlar la reclusión impuesta por el Estado cubano.
¿Quién hubiera podido imaginar que tener un tatuaje que dice “libertad” en la cadera iba a ser motivo para separarme de mi hijo?
Aunque en la superficie todo parezca seguir su curso, y los periódicos barajen cada semana las fluctuantes prioridades de la “actualidad”, el mundo, tal y como lo conocíamos antes del 24 de febrero de 2022, ha dejado de existir.
¿Son los reparteros cubanos los herederos de los negros curros, representantes especiales de ese proceso espectacular que es la transculturación?
Manuel Adrián López (Cuba, 1969). Poeta y narrador. Su obra ha sido publicada en España, Estados Unidos y Latinoamérica. Entre sus libros se cuentan: ‘Los poetas nunca pecan demasiado’ (Madrid, 2013, Medalla de Oro en los Florida Book Awards, 2013), ‘El arte de perder /The Art of Losing’ (Miami, 2017); ‘Los días de Ellwood’ (New York, 2018) y ‘Un juego que nadie ve’ (Madrid, 2019).
Nikki Haley pondrá fin a su carrera presidencial tras el triunfo de Trump en el Supermartes, pero, de momento, no le concede su respaldo.
Carmen Duarte (La Habana, 1959). Dramaturga, narradora, investigadora y académica. En Cuba, su teatro contestatario destacó por su enfrentamiento al régimen. Ha publicado cuatro novelas. Vive exiliada en Miami.
El hambre sigue siendo un arma de guerra y dominación. Su lógica perversa está presente en sociedades subordinadas a gobiernos autoritarios.
Haití sumida en el caos: las bandas liberan a 5.000 presos, cierran aeropuertos y desafían al gobierno del primer ministro Ariel Henry; se impone el toque de queda.
El régimen de Daniel Ortega cierra la universidad Unacad y nueve ONG, elevando el total de disueltas a más de 3.550 desde las protestas de 2018.
Mientras que WhatsApp y Signal son preferibles para conversaciones personales seguras, Telegram es idóneo para las situaciones en las que el anonimato del usuario es crucial.
Javier Milei gana la presidencia de Argentina, poniendo fin a la era Kirchner y prometiendo drásticas reformas económicas y una vuelta a los valores liberales. ¡Viva la libertad, carajo!
Luego de la película, ¿íbamos a tener un diálogo honesto para conocer otra cara de la realidad cubana?
Tengo 26 años y cuatro abortos. La primera vez que oí a una muchacha decir que se había hecho cuatro abortos, me alarmé y pensé lo peor de ella. Yo no tenía entonces ni quince años. Ni número de seguridad social, ni una casa propia, ni otras propiedades a mi nombre. Tampoco los tengo ahora.
A los 15 años supe que, desde el punto de vista político, ser homosexual negro era considerado un pecado nefando. Comprendí que, como homosexual negro, estaba condenado a una doble soledad, y que si decidía vivir como tal en una sociedad tan homofóbica, era preciso negociar mi entrada al mundo del homosexual blanco.
En diálogo, tierra adentro, con el escritor Emerio Medina.
¿Quiénes miran? ¿Qué se mira? La siguiente lista esboza uno de tantos posibles itinerarios que pudieran seguirse a través de las películas programadas en el 43º Festival de Cine de La Habana.
“La producción de Infraestudio ocurre en la intersección de necesidades externas con obsesiones privadas: deseos ajenos y propios. Los encargos generan las partes de un sistema abierto y las obsesiones las engranan. Cada edificio, cada instalación, cada libro es una caminata en círculos sobre las mismas obsesiones”.
“No sé si podríamos hablar de un arte cubano, aunque claro que lo hay. Pero quizás el término no me seduzca lo suficiente. Si me hablas de música, sí sabemos que es única en el planeta. Las instalaciones de Kcho me resultaron lo más cojonudamente cubano, a pesar de los pesares”.