A cualquiera, seguramente, le ha pasado por la cabeza perpetrar un asesinato. A mí misma me pasó.

A cualquiera, seguramente, le ha pasado por la cabeza perpetrar un asesinato. A mí misma me pasó.
Dos mil personas encerradas en un pueblo que está en el mismo centro de una isla que también se ha encerrado en sí misma: ‘Atlántida’.
Las viejas estructuras de las escuelas Pías se resisten a desaparecer bajo las capas de la desidia en que la isla sucumbe.
Jamila Medina Ríos para el ensayo. Jamila M. Ríos en la poesía. J. Medina Ríos en tanto editora. Simplemente Jamila Medina cuando se emplea a fondo en la ficción.
El primer llamamiento de un movimiento fascista, o prematuramente fascista, es contra los intrusos.
Los países no desaparecen con una explosión: agonizan en la desidia y se van apagando a medida que sus habitantes los abandonan.
La filosofía deviene un faro que ilumina el sendero de la ética y la reflexión crítica.
Por fin cedo y me abro a su aliento, a su saliva. Y el paisaje cambia, como si todo estuviera más destruido y más triste.
El muy parcial enfoque que se alienta desde los olimpos culturales hace dudar de la sinceridad del remordimiento blanco.
Fefita me esperaba en el solar y éramos felices. Cuando nos cansábamos de templar, entonces le hablaba de literatura. Nunca se había leído un libro. Todo le parecía aburrido, demasiado lindo y falso.
¿Qué sabes tú, Señora / de la Gran Llave, / apoyada en tu propia apertura / a los golfos abiertos?
Esta ciudad nació de la sal del puerto / y allí creció caliente, deschavada, / el sexo abierto al mar. / El clítoris guiando a los marinos / como un faro de luz en la bahía.
‘Reconciliación’ es una entrega de la serie ‘Epizootia’, una columna de la artista Camila Ramírez Lobón en ‘Hypermedia Magazine’.
La celebración del Mes de la Cultura Afroamericana ha servido de escenario al intento torpe de blanqueamiento de la dictadura más longeva del hemisferio.
El legado de Ana Mendieta se enreda en la polémica mientras su familia lucha por controlar la narración sobre su vida y su arte tras su misteriosa muerte en 1985.
Nicaragua se convierte en una ruta popular para los senegaleses que pretenden llegar a Estados Unidos. Las agencias vendieron más de 1.200 billetes en el último trimestre de 2023.
Estados Unidos anunciará importantes sanciones contra Rusia por la muerte de Alexei Navalny y la guerra de Ucrania, dirigidas contra la base de defensa.
Trump planea una drástica reforma migratoria para 2025, que incluye deportaciones masivas y grandes campos de detención.
Israel se ofrece a evacuar a los menores del hospital al-Shifa, de Gaza, en medio de la crisis de combustible y la escalada del conflicto.
Un año ya de esta guerra, en la que se juegan cosas que no acabamos de entender. Somos el público aturdido de una guerra de exterminio en pleno corazón de Europa. Pasada la sorpresa, la sensación general es una abofada indiferencia.
Alguien podría decir: he aquí una más de los que quieren hacerse un nombre a costa de nombrar a los que ya se han ganado el suyo. Pero se equivocan. Nosotros no queremos un nombre: los queremos todos y al mismo tiempo. Queremos ver arder el Kempinski como vimos arder Notre Dame. Somos las hijas putas que parió la mujer del carpintero.
Todos los sueños húmedos de mi generación tienen a Wendy Guerra como protagonista, dirigiendo una orgía guerrillera vestida solo con una boina verde olivo hecha por Gucci, mientras cabalga sobre Julio Antonio Mella. Y contrario a lo que pueda pensarse, esto tiene que ver más con el MeToo que todas las páginas que se han escrito al respecto.
Es probable que esta sea la única entrevista seria que yo haga en mi
vida. Comienzo por las fotos. El carismático comunicador Alexander
Otaola modela. Se queja por no sé qué cosa, dice: “Hay que joderse y
modelar y todo contigo, Siro. Tú no eres fácil”.
“Como dijo Osvaldo Sánchez, yo soy de una obstinación casi reaccionaria. En La Habana de los ochenta, cuando ocurrió la explosión de las artes visuales y todos mis colegas empezaron a hacer extraordinarias instalaciones, yo me preguntaba: ¿qué hay de malo en seguir pintando?”
“Poder ir al estudio de Miquel Barceló después de recorrer París. Trabajar codo a codo con Carlos Garaicoa y su equipo en el estudio de Madrid. Experimentar con nuevos materiales y formatos. Es imposible que todas estas experiencias no influyan de forma relevante en mi obra”.