En la escalada del conflicto en el este de Ucrania, las tropas rusas están logrando avances significativos, teniendo como objetivo la ciudad de Chasiv Yar y otros lugares estratégicos de la región de Donetsk. Esta progresión se produce mientras las autoridades ucranianas piden urgentemente más apoyo occidental y se retrasa en el Congreso un paquete de ayuda fundamental de Estados Unidos.
La reciente ofensiva rusa ha puesto de manifiesto una preocupante vulnerabilidad en las capacidades de defensa aérea de Ucrania. Tras la destrucción el pasado jueves de la mayor central eléctrica cerca de Kiev, aumentan los temores sobre las menguantes existencias de misiles tierra-aire de Ucrania, esenciales para contrarrestar los ataques aéreos rusos.
El presidente Volodymyr Zelensky, en un llamamiento hecho en X (antes Twitter), subrayó la urgente necesidad de un apoyo de defensa más sólido por parte de Occidente. “Necesitamos sistemas de defensa antiaérea y otro tipo de ayuda en materia de defensa, no limitarnos a hacer la vista gorda y mantener largas discusiones”, declaró.
En el campo de batalla, la situación parece cada vez más grave. El personal militar ucraniano informa de una grave escasez de armas y de mano de obra a medida que Rusia intensifica sus ataques. El uso de bombas aéreas guiadas se ha intensificado, y las fuerzas rusas atacan posiciones militares ucranianas con mayor frecuencia.
Chasiv Yar, ahora punto focal de la campaña rusa, está estratégicamente situada al oeste de Bakhmut, ciudad previamente tomada por los mercenarios rusos Wagner. La captura de la ciudad supondría un avance significativo en el objetivo del presidente ruso Vladimir Putin de reclamar toda la región de Donetsk, que ha declarado, aunque ilegalmente, territorio anexionado.
The Washington Post informó de las percepciones de un subcomandante del 24º Batallón de Asalto Separado, conocido como Aidar, identificado sólo por su indicativo de llamada, Chichen, de acuerdo con el protocolo militar ucraniano. “Intentan avanzar sistemáticamente”, explicó Chichen, describiendo la escena en las afueras de Chasiv Yar, sembrada de vehículos blindados rusos destruidos.
La continua ofensiva rusa en el sur de Donetsk, más allá de la ciudad de Avdiivka y hacia Chasiv Yar, pone de relieve una implacable estrategia de ataque en dos frentes. Al mismo tiempo, crece la preocupación por la posibilidad de que Rusia movilice fuerzas adicionales para una posible ofensiva hacia Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, que recientemente ha sufrido repetidos ataques con misiles.
En el sureste de Ucrania, la lucha continúa mientras las fuerzas ucranianas intentan mantener los territorios ganados durante la contraofensiva del verano pasado, incluida la ciudad de Robotyne, al sur de Zaporizhzhia. La precariedad de las defensas ucranianas en primera línea se ve agravada por el prolongado bloqueo de 60.000 millones de dólares en ayuda a la seguridad de Estados Unidos por parte de los congresistas republicanos, una medida que ha dificultado considerablemente la respuesta militar de Ucrania.
El general Christopher Cavoli, máximo responsable estadounidense de las operaciones militares en Europa, subrayó el carácter crítico de la situación en una sesión informativa ante legisladores estadounidenses, advirtiendo de que Rusia pronto podría tener una ventaja de 10 a 1 en proyectiles de artillería.
Oleksander, otro comandante de batallón ucraniano que lucha cerca de Chasiv Yar, informó de asaltos directos a la ciudad y pueblos cercanos. Hablando desde el anonimato debido a las restricciones, predijo intensos combates en el centro de la ciudad si las fuerzas ucranianas no se retiran a finales de mes.
Chichen subrayó además la importancia estratégica de un canal que atraviesa el extremo oriental de Chasiv Yar, que sirve de importante frontera defensiva. “Ahora el canal es una de las principales fronteras que todos intentan mantener”, dijo. Cruzar el canal es un reto para la infantería y aún más para los vehículos, lo que lo convierte en un elemento crucial de la defensa de la ciudad.
Mientras el conflicto se recrudece, la necesidad apremiante de aumentar el apoyo a Ucrania sigue siendo un tema polémico. Hay mucho en juego, no sólo para la seguridad inmediata de Ucrania, sino también por las implicaciones más amplias para la estabilidad internacional y el Estado de derecho. Reflexionando sobre la situación, el presidente Zelensky expresó una perspectiva sombría: “Nos encontramos en una coyuntura crítica en la que la acción habla más alto que las palabras. El mundo debe decidir si defiende la justicia o si permitirá que la tiranía dicte los términos”.
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