Pongamos que el vestido le ha servido de segunda piel, aquella con la que ha podido no ya camuflarse, sino habitar desde el arte las adversidades de la emigración o el exilio.
Pongamos que el vestido le ha servido de segunda piel, aquella con la que ha podido no ya camuflarse, sino habitar desde el arte las adversidades de la emigración o el exilio.
El peligro real te abraza en las mañanas y pronto te apuñalará por la espalda.
TikTok no es un lugar para conectar con otros. Es un sitio donde perder el tiempo.
En un tiempo donde el mundo se desmorona y los sistemas fallan, ‘Genethliacus’ parece recordarnos que nacer es un gesto de resistencia.
La Revolución ha sido domesticada, pasteurizada, convertida en música de fondo para la sobremesa.
Silvio fue eso, un comodín ante el cual la Revolución crecía o se desmoronaba.
“Bájate un poco las mallas”, le sugiere el ministro a la modelo, “para que el agente vea cómo sale volando el cuervo”.
Ante la presencia de procesos de empobrecimiento cultural, el ODC urge a discutir la sostenibilidad de proyectos culturales emancipatorios en contextos de crisis sistémica y control autocrático.
sueño en el lodo de la moral hasta caer en nuestro estiércol para bendecirnos / no ser nadie para ser el amo del universo / ni juego ni escritura ni religión ni ley en el desierto de nuestros corazones
La foto de este lunes de noviembre ilumina otro sentido subterráneo de esas palmas que revientan buldoceadas en un verso olvidado.
De lo que se trataba era de hacer un claro en el bosque. Una especie de patio interior. Una claraboya para visibilizar la barbarie.
En cuanto decidías lanzarte al aire, te cubrías de sudor, apretabas los dientes y cerrabas los ojos, te estremecías y murmurabas casi en silencio: ¡Timshel!
“¿Y si digo que estabas abusando de mí? ¿Qué te parece? ¿Qué te puede pasar por engañar y abusar de una turista, eh?”.
Se calcula que en 1 de cada 25 hogares de Estados Unidos hay un miembro de la familia indocumentado.
Sin embargo, la evaluación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo señala que Gaza necesitaría “aproximadamente 80 años para restaurar todas las viviendas totalmente destruidas”.
En algunas provincias llevan meses mezclando la vieja y confiable harina de trigo con extrañas recetas: de yuca, de boniato, de calabaza. Lo que genera sabores más bien exóticos. Y no precisamente en el buen sentido de la palabra.
Cuba, Venezuela y Nicaragua únicas naciones de América Latina clasificadas como “no libres”, según informe de Freedom House.
Nicaragua se encamina hacia la dictadura mientras el presidente Ortega y la vicepresidenta Murillo aprietan el cerco, subvirtiendo la democracia con la economía bendecida por el FMI.
La frontera estadounidense registra un aumento de migrantes procedentes de Asia y África, triplicándose las detenciones a medida que se expanden las redes mundiales de contrabando.
Demasiados fusilados, demasiados encarcelados, demasiados exiliados, demasiados ahogados en el mar, demasiados muertos en la selva, demasiadas familias fracturadas, demasiado dolor, para que ahora el régimen cubano quiera aprovechar el amor por el béisbol y borrar todo lo anterior con un ‘hashtag’.
Vivimos una distopía, ¿alguien lo duda? Miro por la ventana y me da por odiar a todo el que pasa: ¿será posible que se sigan exponiendo? Esta mierda mata, y no se sabe quién la tiene. Eso pienso y se me olvida que ayer salí a buscar una tarjeta para el teléfono, que mañana necesito comprar almohadillas sanitarias.
Nunca antes había seguido tanto la TV cubana. En general no me interesa. Para informarme uso otras vías, cuando puedo. De lo contrario, me mantengo al margen de todo. Ahora eso es casi un suicidio. Es necesario estar al tanto de lo que ocurre, en el país y fuera de él.
Una entrevista con César Reynel Aguilera a propósito de la publicación de su libro ‘El soviet caribeño. La otra historia de la revolución cubana’.
Escribo estas líneas pensando en la situación de la periodista Karla Pérez. Con este castigo, con este destierro, el gobierno cubano hace un juicio ejemplarizante. Para que todos los jóvenes que quieren una Cuba mejor, sepan que es por gusto. Te pueden joder la vida en un santiamén. Estés aquí, estés allá, dondequiera que estés.
En su crítica a las estructuras opresivas, Rafael Zarza va mucho más allá del poder del Estado: se adentra en diversos fenómenos capaces de limitar nuestra libertad. Es imprescindible que el hombre arrecie la confianza en sí mismo para evitar ser degollado, o convertido en un buey obediente.