Serenata con luna y otros poemas

Mis amores de los setenta / están cumpliendo sesenta. / Algunos apagaditos como florcitas sin agua / —la sal charchaleando en la herida— / quijotes unos buscando molinos / amargados por el exilio muchos / amañados otros con los sandinistas.

serenata-con-luna-y-otros-poemas
Un Miami apócrifo y una Habana mentida: ¿dónde está la diferencia? - Jorge Peré

Un Miami apócrifo y una Habana mentida: ¿dónde está la diferencia?

Janet Batet y Andrés Isaac Santana comparten más de un criterio y una admiración confesada. En cambio, no logran ponerse de acuerdo cuando se trata de enjuiciar el arte producido en la Isla. Donde uno prodiga dádivas, la otra se muestra reacia y llevada por el sarcasmo. Si se tratase de hallar un criterio de verdad, ¿dónde encontrarlo?

Lo más reciente

la-tribu-carlos-manuel-alvarez-legna-rodriguez-iglesias

Todavía, caballero, que la tribu sigue igual

Tal vez Carlos Manuel Álvarez, que ayer se hizo un tatuaje en Miami, haya tomado un vuelo sorpresa a La Habana para escribir la crónica del concierto único de Pablo Milanés. Si no, es como si lo hiciera. ‘La Tribu’ es un libro así: un libro donde ha sido escrita Cuba, y si falta algo, es como si no faltara.

papel-cartucho-claudia-muniz

Papel cartucho

En mi historia personal, el hecho de ser “color cartucho” ha supuesto un gran privilegio. Al mismo tiempo es una fukin maldición. Entrar en esa bolsa me ha ubicado en una posición de indefinición. Una suerte de inopia racial.

colera-gleyvis-concierto-mambi-critica

La cólera de Gleyvis

‘Concierto mambí’ engarza el lenguaje culto de la poesía decimonónica con las expresiones populares más crudas. Como cuando dice: “Es más puro y más volao // —más lindo y potente, asere— // amparar al que se muere // que obedecer a un singao”.

Lo + leído

Raúl Cordero: “Yo no me considero un exiliado” - François Vallée

Raúl Cordero: “Yo no me considero un exiliado”

Conocí a Raúl Cordero en La Habana a mediados de los años noventa, pues viví por un tiempo frente a su apartamento en la Avenida de los Presidentes. Su personalidad y su arte me cautivaron inmediatamente. Vivía como le daba la gana, pintaba cuando quería, escuchaba buena música, sabía mucho de todas las artes y jugaba al tenis, como yo.