CJR: “‘Ahora tendremos que ir a buscarte personalmente, y sabemos exactamente dónde encontrarte’. El mensaje iba acompañado de una foto y un vídeo”.
CJR: “‘Ahora tendremos que ir a buscarte personalmente, y sabemos exactamente dónde encontrarte’. El mensaje iba acompañado de una foto y un vídeo”.
Incluso los aliados más cercanos de Israel han expresado su preocupación por la catástrofe humanitaria que se está produciendo.
Mi galería de horrores cinematográficos no conoce de épocas. Las películas del siglo pasado dialogan con las soñadas una centuria después.
“Me siento en un parque. Soy como el personaje de la película de Wim Wenders, el japonés limpiador de baños”.
“Aferrados a la vida, los paisajes citadinos de Izuky Pérez Hernández revelan un silencio aparente que no la representa a ella, ni a sus moradores.
A tres años del 11 de julio de 2021, conversamos con periodistas, activistas, profesores y artistas cubanos, sobre los sucesos de ese día.
El sexo se cuenta entre los territorios realmente autonómicos desde donde se le presenta batalla al totalitarismo.
“Logró hacernos ver que su miedo era coraje. Y tal vez eso sea en verdad el coraje, la forma más humana de esconder el miedo”.
Soy del bando de los malagradecidos. Y lo reivindico. Soy de los que cada vez tenemos menos que agradecer, los cuervos que criaron y que ahora les estamos sacando los ojos.
La comisión nacional revisora de películas del gobierno de Lukashenko había determinado que ‘Corazón azul’ era pornografía y se había creado un veto que prohibía su exhibición en territorio bielorruso.
‘Chismear’ en exceso —he aquí un oxímoron, nunca se ‘chismea’ de más—, ‘chismear’ hasta la mezquindad —he aquí una falacia: mezquinos son los ‘buenistas’, jamás los chismosos, esos “amantes de la verdad” según Gide— siempre resultaba el plato fuerte.
“¡No creo en partidos ni en políticos, tampoco idolatro banderas! Pero me afecta la situación en Cuba. Me afecta que cojan presos a artistas por pensar diferente”.
La revolución criminalizó muy pronto la palabra: «lumpen». El cortometraje P.M. fue acaso su primera víctima.