Otaola y otros que quieren ver la Isla arder están a 90 millas de distancia, mientras exhortan a los que estamos aquí a poner el muerto.

Otaola y otros que quieren ver la Isla arder están a 90 millas de distancia, mientras exhortan a los que estamos aquí a poner el muerto.
Mía MP (Cuba, 1983) es poeta, narradora y fotógrafa. Su trabajo es una singular fusión de artes visuales y escritura.
A Cuba la he dejado para el sueño. Quizá sea consecuencia de la calma hipersónica con que transcurre cada jornada que he tachado hasta sumar un año y un día.
Si la conquista territorial vuelve a ser una posibilidad abierta, el poder prevalecerá sobre el derecho.
Para el Kremlin, las revoluciones de colores representan el ejemplo por excelencia del soft power occidental empleado con fines geopolíticos.
Hoy no puedo escribirte desde el optimismo. No puedo escribirte desde la felicidad. Te escribo dolido, no te lo voy a negar.
Yale HRL ha determinado con un alto grado de confianza que la Federación Rusa ha llevado a cabo de forma sistemática, intencional y generalizada la adopción y acogida forzada de niños provenientes de Ucrania.
Con esos estereotipos se fabrica la ‘identidad nacional’, como una máscara o una camisa de fuerza.
“Era inevitable que se cruzaran. Él la miró, acariciándola entera, aunque no pronunció palabra. Ella lo miró, y sintió que empezaba a gustarle”.
“Y
“No la interrumpo / dejo que pinte / todo / lo que se vuelve tangible./ Me asusto / y respiro / para saber / si aún / soy espesor”.
“Nadie sabe de dónde brotaba la magia de esta muchacha, cuyo rostro de enigmática mirada irradiaba el misterio de la poesía”.
Era un lugar,/ un miedo/ vulgar y colectivo /tejido por las sombras,/por demiurgos / que hicieron una fiesta /y lanzaron al fuego nuestros libros.
“Lourdes Gil fue en un principio una lezamiana convencida, discípula de aquella escuela mitificadora y densa de un barroco cubano”.
En una de sus habitaciones se dio la famosa discusión entre Gómez y Martí sobre un tema que a pesar de los muchos años transcurridos nada ha perdido en urgencia.
New York Post: “Mike Turner pidió al presidente Biden que aumentara la presión para impedir que Moscú lanzara armamento nuclear antisatélite”.
“Larga vida a Alexey Navalny”, rezaba un mensaje en el sitio web pirateado, acompañado de una foto de Navalny y su esposa Yulia en un mitin político.
Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, lleva mucho tiempo siendo un país disfuncional y plagado de violencia.
Lleny Díaz Valdivia (Placetas, Villa Clara, 1975) es escritora. Ha publicado, entre otros, los poemarios ‘Sobre mi espalda desnuda otro silencio vive’, ‘Placenta colectiva’ y ‘Se miran los caballos’, este último con Editorial Hypermedia.
“Logró hacernos ver que su miedo era coraje. Y tal vez eso sea en verdad el coraje, la forma más humana de esconder el miedo”.
Es ahí donde confluyen curiosos, asiduos, deseosos, guapos, conocedores, inexpertos, pingueros, despechados, faltos de dinero. Todos en busca de lo mismo: sexo, contacto.
Similar a las llamadas calientes que nos hacían en la adolescencia chicos anónimos para decirnos cochinadas. Pero no había fotos de por medio, solo la fantasía trepidante.
Pretendo que esta conversación adquiera una particular “utilidad” para quienes estudian, o están interesados en conocer, la formación de algunos nombres de “jóvenes” escritores que hoy integran el campo literario cubano.
Por su producción artística y su activismo en favor de los derechos de las minorías, Regina José Galindo se ha convertido en una de las más reconocidas artistas contemporáneas. Su voz ha sido la voz de miles de casos de violencia y violaciones de derechos humanos. Conversamos con ella, hoy, en Hypermedia Magazine.
A propósito de su libro debut: En brazos de la mujer casada (Editorial Hypermedia, 2020), provocamos al cineasta Carlos Lechuga: “Me siento como un turista en este mundo, y me gusta, porque el cine me tenía agotado. Entiendo que muchos escritores no me vean como un escritor, a pesar de que les gusten algunos de mis textos”.
Ganador del Segundo Premio de Reportajes «Editorial Hypermedia 2019».
Las obras de Enrique Silvestre son filigranas de sus ensoñaciones. Él es un soñador de imágenes, alguien que crea para conjurar la melancolía al suspender el tiempo.
Es inevitable hallar referentes en su obra que cuestionan transversalmente las jerarquías, las estrategias de poder, las distinciones de clases, la arbitrariedad estatal, la coacción.
Un viaje a la semilla, un rescate de la infancia, o al menos de lo que el expatriado llama infancia, que es toda la vida anterior a la partida de casa.