Habana Cuba, una joya en el SoFA Market de San José (CA), ofrece auténtica cocina cubana, siguiendo las recetas de su fundador, Ciro Calvo, como chef de Fulgencio Batista.
Algo que no muera (emanación nómada)
¿Quién necesita una Patria? Patria = Cárcel. Cárcel = Traición. Traición = Muerte.
Sandra Ramos
Sandra Ramos (La Habana, 1969) es artista visual, curadora y profesora. Su obra explora una amplia variedad temática que incluye la nacionalidad, la identidad, las migraciones y el género. De su trabajo curatorial destaca ‘La huella múltiple’, en el año 2003.
Eduardo López-Collazo
Eduardo López-Collazo (Jovellanos, Cuba, 1969) es físico nuclear, doctor en Farmacia, investigador y divulgador científico cubano. Sueña con eliminar la metástasis.
La leyenda de las Leylands
Mírenlo. Fue (o debió ser) el tío cheo de cualquiera de nosotros, los sobremurientes del siglo XXI.
Unión Obrero Campesina
‘Unión Obrero Campesina’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
Armando Lucas Correa: “Vivimos con un miedo al otro que casi es enfermizo”
La violencia desmedida, la creciente agresividad y la intolerancia contra lo que no comprendemos, fueron las principales motivaciones para esta entrevista.
Ángel Delgado: La razón sublevada
Las artes plásticas habían logrado fragmentar el discurso, lo cual constituía una intimidación al relato único que aseguraba las ataduras diseñadas por el poder para mantener su dominio.
Lo más reciente
“Los asesinos van muriendo”
El silencio de los otros, supone una bofetada rotunda a tanto documental oportunista y anémico que busca en la miseria del otro, en el morbo de sus fetiches más decadentes, un burdo certificado de auto-legitimación.
El racismo estructural en la Cuba de hoy
Las políticas de igualdad social de la Revolución no resolvieron la integración de los afrocubanos en igualdad de condiciones. La pobreza está generalizada en Cuba. Estimados de varios economistas cubanos la colocan en más del 50% de la población.
París no me importa ni pinga
Al llegar a París sentí que el metro me acogía, que los rostros ajenos me miraban de soslayo y que todos los inmigrantes, los refugiados e indocumentados pisoteados por la Unión Europea y maldecidos por el mar y las fronteras, entendían que mi amor por la humanidad estaba embarrado por el repudio y la tristeza.