Quiere hacer el viaje cual Dante caribeño, sin Virgilio y con una Beatriz incrédula.

Quiere hacer el viaje cual Dante caribeño, sin Virgilio y con una Beatriz incrédula.
“Si uno quiere hacer un sistema de escritura que no es presentar un cuento, ni una novela, ni estar en una lista de mejores escritores, ni ganar un premio, tiene que hacer un monasterio, ser un monje; esa palabra suena cursi. Esto es lo que hago y más nada”.
No se me ocurrió otra cosa, invadido por el estupor y la idea de la consagración a lo luminoso, que pedirle a Enzzo que posara para mí mientras yo, despertando al pintor que ya había sido, pintaba su cuerpo con símbolos egipcíacos, escribía fragmentos de mi libro en su piel.
Una metáfora beisbolera para ponderar las disquisiciones de Jorge Brioso sobre San Agustín, Heidegger o Deleuze.
El premio Nobel Abdulrazak Gurnah critica el racismo de la literatura imperial británica y califica de inútiles las ediciones de los clásicos.
El secretario Blinken llega a Tel Aviv e insta a Israel a realizar “pausas humanitarias” en Gaza para ayudar a los civiles y debatir sobre una futura paz.
Los Beatles lanzan “Now and Then”, la última canción en la que aparecen los cuatro miembros de la legendaria banda de Liverpool.
Hezbolá al borde de la guerra con Israel al expirar el ultimátum; el inminente discurso de Nasralá hace temer un nuevo conflicto en la zona.
En Estambul, cuerpos de especialistas dilucidan si es viral o bacteriano el arte cubano.
El filin sigue siendo un patrimonio reverenciado, pero muy distante de la publicidad del son edulcorante, la nueva trova política, y otras insignias del socialismo musical.
Durante un año y medio solo he escuchado a Beethoven. No he sido capaz de escuchar otra música durante los meses que viví en Florida, esperando convertirme en residente de los Estados Unidos.
Mi definición de la libertad es poder comprar los libros que quiero. Que ese verbo, poder, defina a su vez todas mis capacidades.