Una masturbación es el diminuto triunfo de lo irrepetible.

Una masturbación es el diminuto triunfo de lo irrepetible.
En la década de los ochenta, lo que en apariencia era un apacible crucero familiar de lujo, con periódicas escalas en el tranquilo puerto de La Habana, servía como camuflaje perfecto para transportar tropas cubanas a Angola.
Un año ya de esta guerra, en la que se juegan cosas que no acabamos de entender. Somos el público aturdido de una guerra de exterminio en pleno corazón de Europa. Pasada la sorpresa, la sensación general es una abofada indiferencia.
Veinticuatro soldados israelíes muertos en Gaza en un solo día, lo que supone las mayores pérdidas de Israel, desde el comienzo de la ofensiva.
Eso hizo Daranas: reclutar fantasmas del pasado para las batallitas del presente.
Discurso Especial de Javier Milei, presidente de Argentina, en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, 17 de enero 2024.
Una parte considerable de la herencia cultural inmueble del país está a tiempo de ser rescatada, pero se trata de una realidad inmersa en el caos generalizado que es hoy Cuba.
El traslado de inmigrantes a ciudades como Denver por parte del gobernador de Texas, Greg Abbott, desata la polémica, en medio de las crecientes tensiones políticas y sociales.
Un día ella me llamó por teléfono: “Me aburrí del futbolista. ¿Quieres volver conmigo?” Y yo le dije: “Si el amor aflojara sus riendas, todos los seres que ahora se aman se harían guerra cruel; y si actualmente provocan movimientos armoniosos, entonces rivalizarían por destruir la máquina del universo”.
El Estado cubano es patriarcal y autoritario en extremo. Para ese tipo de Estados, resulta medular impedir el feminismo. Pero esa es una tarea imposible. El pasado 8 de septiembre, el autoritarismo patriarcal fue contestado con girasoles. El extrañamiento que produce una imagen de este tipo corrompe la solemnidad sobre la que se pretende legitimar la represión.
Después de nueve meses sin poder salir de Cuba, una amiga me invitó a entrevistar a Ai Weiwei en el Museo de Brooklyn. Allí nos conocimos. Hablamos ante el público y me di cuenta de que Cuba y su activismo no le importan a nadie. Cuba no es China. Nadie va a hacer por nosotros lo que nosotros tenemos que hacer. Ese fue el efecto que Ai Weiwei tuvo en mí.
La mano de patadas por el culo que nos van a dar a Lynn Cruz, a Carlos Lechuga, a Miguel Coyula, a Claudia Calviño o a mí, cuando no le sirvamos al sistema, va a ser con la misma fuerza y con la misma bota. No se trata del Decreto 373. Se trata del 349, del 370, de Palabras a los intelectuales. La cuchilla, cuando baja, baja parejo.