Morir de amor, y ‘morir contra el desamor’ (en una metáfora muy abarcadora) acaso sean formas escandalosamente lúcidas de protestar.

Morir de amor, y ‘morir contra el desamor’ (en una metáfora muy abarcadora) acaso sean formas escandalosamente lúcidas de protestar.
Una novela sobre mí, pero no como individuo, sino como parte de algo: un grupo o una generación o un colectivo, o lo que sea.
Cuba era posiblemente la principal nación con redes de computadoras en el Caribe.
El régimen dio con la fórmula para que al fin se dejara de hablar de Luis Manuel, de Maykel Osorbo, de José Daniel Ferrer. Descubrió que era suficiente con sepultarlos bajo cientos de otros cubanos tan valientes y desesperados como ellos, pero trágicamente anónimos.
Las tensiones aumentan en Estados Unidos a medida que los nuevos inmigrantes obtienen permisos de trabajo y los residentes de larga duración, algunos de los cuales llevan décadas esperando, se sienten ignorados.
Gaza se enfrenta a una grave crisis humanitaria tras el alto el fuego, con 2 millones de personas luchando entre ruinas, escasez y desplazamientos a pesar de la afluencia de ayuda.
Gustavo Rodríguez, “Garrincha” (La Habana, Cuba, 1962) es periodista gráfico, caricaturista y artista visual. Vive exiliado en Miami.
La superestrella puertorriqueña Bad Bunny muestra su influencia en un exclusivo recorrido por su imperio en la música, la moda y los deportes.
Justina Orozco Jirón se ve obligada a exiliarse tras ser coaccionada a pedir disculpas al presidente Ortega y renunciar a sus derechos.
Conversamos con Joel del Río, uno de los críticos de cine más seguidos en Cuba por sus colaboraciones tanto en Juventud Rebelde como en revistas especializadas, así como por sus comentarios en programas televisivos como el Noticiero Cultural y en disímiles emisoras de radio.
Impulso Teatro presenta por estos días de agosto, en La Habana, una obra de Peter Handke: Insultos al público. Bajo la dirección de Alexis Díaz de Villegas, esta puesta en escena tiene méritos, desencuentros, y algunos desaciertos.
Conozco a alguien a quien le cayó del cielo El Capital de Marx. A mí me cayeron las revistas Mujeres de la década del ochenta que la nieta de una coleccionista estaba tirando de una azotea. No te va a caer un libro de César Aira pero te va a caer papelería sentimental, como cuando me tiraron las fotos de una quinceañera gorda, una quinceañera que pude ser yo.
El poscomunismo, más que lavar su perversidad imaginaria, ha venido intoxicando la misma con un narcisismo auxiliado por restos de bienes culturales que se debaten entre el romanticismo memorialista y la conmemoración remisa, donde la narración se satura colocando el presente en un pasado intemporal.