Un cruce entre culturas: del ʻpatakinʼ yoruba al ʻkwaidanʼ japonés, y no es eclecticismo.
	
	Un cruce entre culturas: del ʻpatakinʼ yoruba al ʻkwaidanʼ japonés, y no es eclecticismo.
Comparto con los lectores lo esencial de lo que dije ante tu cuerpo, Varguitas querido.
Una imagen nunca ha sido una fuente honrada para expresar la felicidad.
En la ruta final de la dictadura de Gerardo Machado, cuando Cuba ya se había convertido en un hervidero político llegó el pintor japonés Tsuguharu Foujita al puerto de La Habana.
	El teniente Tamayo nos convocó y dijo: “Ninguno de ustedes va a sobrevivir”.
	“El disparate es el auténtico motor de cambio, el puñetazo infantil del cual se desprenden los grandes progresos de la Humanidad”.
	En vez de escribir metralla / cabría poner la lupa / en el ‘flow’ de la papaya / cuando un labio se la chupa.
	“Entonces, digamos que mañana salimos de la cárcel. ¿A dónde vamos? ¿A la misma Cuba o a un exilio obligatorio?”.
	“Somos cada vez más analfabetos funcionales respecto a la realidad. Cada vez más estériles emocionales e incultos de cualquier cosa humana”.
Heberto Padilla aprovechó su condición de chivo expiatorio para protagonizar una farsa que era, también, una llamada de auxilio ante los ojos de Occidente.
Como un mirarse de frente. Como un cuidarnos la espalda. Como un tocarse a dúo desde la pura presencia humana.
No hay eventos a los que acudir: ni tertulias, ni festivales, ni espacios de opinión donde se pueda debatir qué se debería hacer con las estatuas, una vez que el sistema se desplome.
La atención a la migración cubana es una deuda de solidaridad que la región aún no ha saldado.
	Europa está en alerta máxima tras una serie de presuntos atentados y de sabotajes vinculados a Moscú, que hacen temer intentos rusos de desestabilizar el continente.
Washington Examiner: “Mientras que el régimen liberó a los líderes blancos en cuestión de días a condición de que se exiliaran, unos 1000 presos políticos, en su inmensa mayoría negros, siguen en las cárceles cubanas”.
El viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Ryabkov niega que Rusia pudiera emplazar armas nucleares “bajo el vientre” de Estados Unidos.
	Lenguaje Sucio. Narraciones críticas sobre arte cubano es un trabajo imprescindible, referencial.
	“Sería tan fácil como cruzarse de brazos: huelga general. Así fue como cayó Machado. Y ya Díaz-Canel dejó chiquito a Machado. Y a Batista. Parece empeñado en lograr lo que no pudo Weyler”.
Shame on the UN for helping to sustain the fiction that Cubans go hungry and flee the country because of US imperialism.
It is the fact that the U.S. stands alone in insisting on sanctions that amplifies the criticism of the embargo in its current form.
	“Chile todavía tiene la impronta estadounidense y la fantasía de haber sido elegido por los Estados Unidos, de querer emular a los Estados Unidos. Me estoy refiriendo a las élites, sobre todo, pero son las élites que han dominado el país e inoculado un modelo de sociedad neoliberal”.
Una entrevista con Javier L. Mora:
«Conocí al párroco Mora a la salida del estadio. Industriales había vapuleado a los borrachos de Santiago y estábamos cabrones. El flaco profería ofensas contra Vargas y el Estado. Aún no lucía el espendrú ni se había retirado al Vaticano.
“Pregúntale sobre las demandas por acoso sexual de los estudiantes de Yale”, me dice un amigo cubano-americano con la suficiente cantidad de información palaciega como para no aburrir jamás, “si no te devuelve el correo, es culpa mía”.
Una entrevista con Roberto González Echevarría
	En la obra de Ivonne Ferrer, las cabezas y los corazones son dos símbolos iconográficos fundamentales. Cabezas que se multiplican o clonan como una legión de personalidades o pensamientos mutantes, imposibles de atrapar desde una primera mirada.
La etapa de formación de una leyenda: Elvis Manuel; la gran promesa malograda del reparto, el Rey eterno y esperado, con una ascensión meteórica —junto a Jerry— que encontró una muerte inesperada, en medio del mar, al tratar de emigrar hacia Estados Unidos.
Estudiar el reparto no es una tarea fácil, hacerlo requiere sentir el ‘popopopó’ como un estilo de vida y, por ende, implica la etiqueta de marginalidad; entendida como la situación de exclusión social de una persona o de una colectividad.