Juzgar a Heberto Padilla en aquel contexto resultaba relativamente fácil para muchos en Cuba y fuera de la Isla.

Juzgar a Heberto Padilla en aquel contexto resultaba relativamente fácil para muchos en Cuba y fuera de la Isla.
Más que una victoria de la sociedad civil o la comunidad artística, el 27N debe ser visto como una experiencia a tener en cuenta para no repetir.
Vivimos dentro de la cultura del control y, en concreto, en un país descontrolado, azaroso, incierto, balanceándose en derivas político-financieras.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino aboga por la independencia palestina, defendiendo una solución de dos Estados.
El presidente Biden reafirmó el apoyo inquebrantable de Estados y advirtió a las potencias regionales contra una escalada de las tensiones.
Aumentan las tensiones en Oriente Próximo: Israel ataca de nuevo Gaza. Netanyahu se prepara para una guerra prolongada, mientras Hezbolá ataca en solidaridad con Hamás.
Un ataque sorpresa desde Gaza empuja a Israel a una guerra a gran escala con Hamás. Existe alto riesgo de un conflicto más amplio.
Los abogados alegan discriminación por origen nacional. La ley impone limitaciones a los ciudadanos de los países que Florida considera “países extranjeros de interés”: Rusia, Irán, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Siria y China.
El Eximbank de EE. UU. cancela un crédito de $800M a Pemex tras revelarse exportaciones gratuitas de petróleo a Cuba. La decisión sacude las relaciones financieras México-EE. UU.
Los periodistas cubanos suelen secuestrar todos los debates verdaderamente provechosos para ellos, con el extraño fin de proseguir empantanados en la onerosa tierra de nadie en la que han estado hasta ahora.
Una entrevista con Javier L. Mora:
«Conocí al párroco Mora a la salida del estadio. Industriales había vapuleado a los borrachos de Santiago y estábamos cabrones. El flaco profería ofensas contra Vargas y el Estado. Aún no lucía el espendrú ni se había retirado al Vaticano.
No muchas veces los poetas cubanos (de cualquier época) han sabido hacer poemas tan divertidos como Oscar Cruz, poemas que mezclan a la perfección el poder y la gracia.
Dos veces conocí en persona a Gabriel García Márquez.
Él entraba y salía como “Gabo por su casa” de la Isla de la Libertad, donde año tras año a muchos nos negaban sin explicación el Permiso de Salida para viajar al exterior.