No es que la iglesia se inmiscuya en política, como arguyen algunos para justificar su cobardía.

No es que la iglesia se inmiscuya en política, como arguyen algunos para justificar su cobardía.
“En Kafka, la K puede ser un aleph deformado, torcido, pero en plenitud de poderes. Aleph, letra infinita, también es el sonido de un ahogado. El asma de Dios”.
El ODC vuelve a llamar la atención sobre el sistemático secuestro de las instituciones culturales cubanas bajo una fachada democrática.
En la Cuba real, cualquier alegría tiene que ver más con un deseo que con un estado mental donde existan motivos comprobables para el júbilo.
El castrismo y su continuidad están colimados por una crisis poblacional equivalente a un golpe demográfico.
Los grandes descubrimientos muchas veces comienzan como pequeñas ‘casualidades’.
Capítulo del libro ‘Historia de la música popular cubana. De las danzas habaneras a la salsa (1829-1976)’, de Antonio Gómez Sotolongo (Hypermedia, 2024).
La permanencia en la mentalidad colectiva de la época colonial se extiende al futuro.
“Pájaros de las tardes del campo o la ciudad, / no importa, repetidos están en la memoria. / Alas ansiosas atraviesan mi pecho como navajas finas. / Desvanecido el día y sus deberes, yo comienzo”.
Chely Lima (La Habana, 1957 – Miami, 2023). Algunos de sus libros son las novelas ‘Lucrecia quiere decir perfidia’ (2015), ‘Triángulos mágicos’ (2017) y ‘Confesiones nocturnas’ (1994), así como los libros de poesía ‘Zona de silencio’ (2004), ‘Discurso de la amante’ (2013) y ‘Lo que les dijo el licántropo / What the Werewolf Told Them’ (2017).
La Habana vive en mí, respira y se revela como algo que no podría definir con exactitud, pero que me mantiene siempre a la expectativa de verla con otros semblantes.
Las memorias escritas por el líder opositor ruso Alexei Navalny antes de su encarcelamiento y muerte se publicarán a finales de este año.
El nuevo documento califica el conflicto ucraniano de “guerra santa” para defender la “Santa Rusia” y esboza ambiciosos objetivos, como aumentar la población rusa de 144 a 600 millones.
El poeta se confiesa hostil a las epopeyas memoriosas. Casi no se autoanaliza, ni le interesa apelar al encanto de otra época, más dichosa que los difíciles años en que escribe y publica estas páginas.
Arnoldo Fernández Verdecia (1971) es un escritor, periodista, docente e historiador cubano, graduado de la maestría en Ciencias Sociales y Pensamiento Martiano por la Universidad de Oriente.
Cuatro hombres acusados por el atentado de Moscú, dos se declaran culpables. ISIS reivindica la autoría. Putin culpa a Ucrania.
Una poderosa tormenta se intensifica sobre Florida, trayendo lluvias torrenciales y fuertes vientos, inundaciones y cortes de electricidad a medida que avanza sobre la costa este.
CNN informa de que una carpeta que contenía información en bruto sobre Rusia desapareció de la Casa Blanca durante los últimos días de Trump.
Muchos cubanos desconocen que en 1870 casi nos volvemos parte del imperio alemán que Bismarck cocinaba en Europa.
¿Por qué el desnudo, individual o en grupo, se ha convertido en manifestación de protesta? Porque viola una absurda prohibición. Porque arremete contra la moral dominante, impuesta por los falsos atuendos. Y por más falsos discursos. De los falos falenterados.
Advertencia: Este artículo incluye contenido audiovisual, que puede herir su sensibilidad.
Seibabo es uno de esos campos que a nadie le importan. Caseríos alrededor de una bodega, arrabales, otro caserío alrededor de una escuela primaria. Nada pueden significar cuatro casas para la economía de un país, como nada significa Cuba para la economía mundial, para la geografía mundial o, por ejemplo, para la industria militar mundial.
“Mi último bocado en Cuba fue un pedazo de aguacate en el parque de Caibarién. El aguacate lo sigo adorando. El regreso a Cuba no me lo planteo”. Entrevista a Verónica Cervera a propósito de La cocina cotidiana de Vero, su libro más reciente, que ya circula en España y pronto estará también en las librerías de Estados Unidos.
Lo que se presentó esa noche frente a los escritores cubanos era un Heberto Padilla prensado a varias atmósferas, licuado y refundido en una fragua violenta e implacable.
Las producciones de Consalvos reclaman por volver al origen del artista, hacia esa isla que le vio nacer, a su patria compartida hasta el último pedazo de imagen recortada y pegada en sus ‘collages’.
“Yo creo que me gradué de cubano ya después de algunos años de exilio”.