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Suástica sentimental

Podría ser La Lupe, poco antes de exiliarse hacia su ‘larghetta e spiritosa’ conversión evangélica. O Daisy Granados, que apenas estrenaba su carrera como diva del Titóntalitarismo insular. En cualquier caso, es idéntica a una de esas ninfas analfabetas que pululan por las novelas trestristestigresinas de Guillermo Cabrera Infante.

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James Bosworth: “La historia de Bukele no acaba bien para El Salvador”

World Politics Review: “Las tres últimas décadas de la historia de América Latina están llenas de presidentes que estiraron los límites constitucionales del poder y prolongaron su mandato. La mayoría, pero no todos, dejaron su país peor de lo que lo encontraron. El nombre del salvadoreño Nayib Bukele puede añadirse ahora a esa lista. Su legado depende de lo que ocurra en los próximos cinco años”.

La Habana de Frankenstein, Ricardo Alberto Pérez

La Habana de Frankenstein

El éxodo del Mariel estaba calientico, todo era nostálgico, todo estaba eclipsado por la fuga inesperada de tanta gente. Era un entorno comprometido a una comparación constante con aquellos que ya no estaban: el mejor que bailaba rock, el más fanático a Deep Purple, la más loca, la más rubia, y así sucesivamente.

Una puerta hacia el interior de uno mismo - Zurelys López

Una puerta hacia el interior de uno mismo

Daniel Díaz Mantilla: «¿Qué es lo que más me duele… de Cuba? Son tantas insatisfacciones que es difícil jerarquizarlas según la intensidad del malestar que provocan. Pero voy a tratar de describirte muy brevemente la situación en que vivimos los cubanos».

Carlos Lechuga

Monstruos para asustar a niños comunistas (III)

Su motivación era solo una: lograr que Cuba fuera un país más justo. En medio de la madrugada, cuando todos dormían, la vigilante se colaba por la ventana, agarraba una almohada y se subía encima de alguno de los corruptos que sobraban en el ambiente: un viceministro, un director de empresa… Y los dejaba sin aire. Los ahogaba.

Orestes Hernández

Orestes Hernández: “Soy parte del descalabro”

“Mi trabajo ha estado relacionado con la pobreza del país, no como denuncia, sino porque soy parte de eso: del descalabro. Soy parte de la psicología del hombre aislado. El que da vueltas y vueltas sobre lo mismo y ha llenado toda su tierra de huellas. Son las grafías de lo perdido, de la sequía y el abandono”.