El sometimiento siempre se afirma en tres cosas intercambiables y manipulables: el miedo, la división y la ignorancia.

El sometimiento siempre se afirma en tres cosas intercambiables y manipulables: el miedo, la división y la ignorancia.
WLRN: “El senador por Florida Marco Rubio insulta vergonzosamente a las víctimas reales de las dictaduras al comparar la condena de Donald Trump con las injusticias reales de regímenes como el cubano”.
Emmanuel Todd predijo 15 años antes la caída de la URSS. En su último libro vaticina, como un hecho inevitable y en curso, la derrota de Occidente.
“Caminé a lo largo de los blancos salones sobrecogido por cuanto se alzaba ante mí, pero ya mi cabeza se había estremecido tras ver, no más entrar, el enorme óleo sobre tela ‘The Ascension Of The Liminal Theater’”.
Comienza la quinta edición del Festival de Cine INSTAR, fechada del 28 de octubre al 3 de noviembre de este año 2024.
El Banco de semen Hombre Nuevo se construyó en el sótano del monumento a José Martí en la Plaza de la Revolución.
Claudia González Marrero ha publicado ‘Literatura, política y sociedad: Cuatro representaciones de imaginarios en la Revolución cubana’ (2021) y ‘Cultura, comida y poder: Doce diálogos con artistas e intelectuales cubanos’ (2024).
Duannis se encuentra de nuevo en una celda de castigo, golpeado e incomunicado, por gritar “¡Patria y Vida!”, y “¡Libertad para todos los presos políticos!”.
No existe otra parte del cuerpo que pueda causar tantos sentimientos encontrados.
La Habana irradiaba un esplendor terminal. Estaba agonizando ante nuestros ojos y era así como nos pedía ayuda, con ese fulgor. Sin aspavientos, resignada a su desaparición. Como una joven que mira discretamente a la acera.
Uno puede pensarse minúsculo ante la fuerza arrolladora de ciertos relatos, uno puede creer que su capacidad para actuar libremente es apenas una ilusión ante el poderoso embate de las circunstancias. Sin embargo, la fuerza de lo minúsculo es inmensurable. Hay cierta heroicidad en ese enfrentamiento.
Carlos Lechuga: Es un verdadero gusto comenzar el año leyendo En brazos de la mujer casada (Editorial Hypermedia, 2020). Creo que es una hermosa despedida al 2020, tan lleno de sobresaltos y represiones. Su libro supera esos doce meses de mierda y consigue que, al menos por un momento, sea posible olvidar tanta tragedia.
En nuestras latitudes, tales maravillas botánicas son hijas del descuido y la desidia, que no del esfuerzo mancomunado o la mano de obra esclava.
El Vaticano bloquea las propuestas de los obispos alemanes sobre la aprobación de las relaciones homosexuales y la ordenación de mujeres sacerdotes, reafirmando las doctrinas tradicionales.
El alto el fuego entre Israel y Hamás gana terreno con la liberación de rehenes y prisioneros, ofreciendo una frágil pausa en el conflicto más mortífero de las últimas décadas.
Vivimos en un limbo sin derechos legales, con condenas más duras en muchos casos que las impuestas a los asesinos.
Estos actos de intimidación suponen un riesgo no sólo para la seguridad de las personas, sino también para la integridad de los procesos democráticos.
La crisis alimentaria en Cuba se agrava con medidas gubernamentales, como la bancarización, impactando especialmente a los más vulnerables.
En medio de la invasión rusa de Ucrania, la enigmática letra “Z” emerge como un potente símbolo que evoca fervor, desafío y misterio en la narrativa en evolución de la guerra.
Los sátrapas han inaugurado una temporada teatral que va desde diciembre hasta el sol de hoy, cuya sede son los tribunales provinciales. Teatro del absurdo, con todas las de la ley.
“Nuestro tiempo fue un tiempo de poesía; para nosotros era fundamental, en todo. Tú escuchas la música de Adalberto Álvarez con Son 14, a Van Van, y es música bailable, pero es pura poesía”.
“El arte, tal y como lo conocíamos, es suplantado por la dictadura del mercado del arte. Ya ningún artista de notoriedad actúa sin tener presente las fuerzas del mercado. Estas fuerzas económicas son demarcadas por una nueva y extraña danza de reglas no escritas entre la intolerancia de la derecha y la inconsecuencia del liberalismo”.
Los videos, las directas, los live, las tiraderas: me parece que los cubanos y las cubanas, allá, acá, acullá, andamos como pollitos ciegos chocando contra el mismo cascarón. Este le dice a aquel, el otro le dice al otro. Y así andamos entretenidos mientras el diablo, en algún lugar cómodo, se toma un vasito de Coca-Cola con hielo y se echa otro show.