“¡Esto es demasiado…! ¡No hay quien aguante tanta tortura!”, grita alguien. “¡Aquí en esta casa no se come hoy!”.

“¡Esto es demasiado…! ¡No hay quien aguante tanta tortura!”, grita alguien. “¡Aquí en esta casa no se come hoy!”.
El ODC recomienda a Big Freedia que indague por Brenda Díaz, mujer trans encarcelada en un centro penitenciario donde se desconoce intencionalmente su transexualidad.
La inflación estadounidense se ralentiza hasta el 3,1%, enfriándose desde el máximo del 9,1% alcanzado a mediados de 2022.
Cuando se fue a París, Abela era en Cuba un artista promisorio entre los nuevos, es decir, entre aquellos interesados en explorar un arte cubano moderno. Cuando regresó, venía respaldado por los triunfos que había conquistado allí como artista.
The New York Times: “Los demócratas tienen la obligación política de elegir al candidato con más probabilidades de ganar. Esto se convierte en una obligación moral”.
Nunca supe por qué me buscó. Quizás por el miedo o la soledad en que vivía. Tal vez porque parecía un cura con mi calva. O un tipo asexual, por haber perdido cuatro dientes.
Foreign Policy: “Los dos candidatos se enfrentaron sobre la guerra de Rusia en Ucrania, la guerra entre Israel y Hamás, la inmigración y la imagen global de Estados Unidos”.
Vanity Fair: “¿Cómo? ¿El Donald Trump que incitó una insurrección porque no pudo admitir que perdió la última elección?”.
Washington Post: “El presidente tropezó repetidamente, y el expresidente hizo afirmaciones falsas repetidamente”.
Ana Varela Tafur (Perú, 1963). Poeta, docente y activista cultural. Ha publicado, entre otros títulos, ‘Lo que no veo en visiones’ (1992), ‘Voces desde la orilla’ (2000), ‘Dama en el escenario’ (2001) y ‘Estancias de Emilia Tangoa’ (2022).
Una lectura de Un buen tío. Cómo el populismo y la posverdad liquidan a los hombres’ (Ariel, 2018), el último libro de Arcadi Espada.
A propósito de En un rincón del alma, (Jorge Dalton, 2016), documental sobre el escritor Eliseo Alberto.
Un Lezama Lima “inmovilizado y perplejo”, al borde de la depresión, el desespero, el pavor: un imposible posible que no alumbrará ‘potens’ alguno, solo dolor y lontananza.
“Y no voy a permitir ni una ofensa, ni opiniones de nadie, porque nadie sabe los problemas de nadie, por lo que le digo q por favor no traiga más a su compañera aquí a mi casa.”
Una historia que se desarrollará básicamente en el sótano de la casa: imágenes grotescas, persecuciones espeluznantes, ambientes claustrofóbicos.
Legna Rodríguez Iglesias (Cuba, 1984). Ha obtenido los premios Casa de las Américas, en teatro (2016); el Iberoamericano de Cuentos Julio Cortázar (2011); y el Paz Prize for Poetry (2106), otorgado por The National Poetry Series. Sus textos han sido traducidos al inglés, alemán, italiano y portugués.
Nadie saludaría más que yo un cambio a favor de la libertad en Cuba; de esta manera vería una conclusión para mi iniciativa de acoger a más de 10 mil cubanos en la embajada del Perú, cuando era embajador en La Habana, y ayudar a que más de 120 mil pudieran salir de la isla.
Una de esas frías noches, en que uno se siente pequeñito y te metes la mano en el bolsillo y te das cuenta que no tienes para nada, me pregunté: “¿Cómo carajo tú te crees que con lo jodido que está el mundo tú vas a seguir haciendo cine?”.
Salvo contadas excepciones, el cine cubano continúa siendo hoy más de lo mismo. Dos filmes nacionales, proyectados el pasado año reafirman esa persistencia estéril en un decadente paradigma realista, en una estética de la repetición que el espectador consume como parte de un ritual en la luneta.
Las imágenes pueden ser jerarquizadas o no, creo que esa es la primera decisión que debe tomar un poeta de este tiempo.