Fragmento del libro ‘Leviatán. Policía política y terror socialista en Cuba’, del periodista Yoe Suárez, sobre los Órganos de la Seguridad del Estado (OSE) en Cuba.
Fragmento del libro ‘Leviatán. Policía política y terror socialista en Cuba’, del periodista Yoe Suárez, sobre los Órganos de la Seguridad del Estado (OSE) en Cuba.
Los símbolos patrios pertenecen a toda la ciudadanía, hacen parte del imaginario colectivo de la nación que, a su vez, se ha nutrido de la historia construida a lo largo de nuestro devenir.
Estados Unidos anunciará importantes sanciones contra Rusia por la muerte de Alexei Navalny y la guerra de Ucrania, dirigidas contra la base de defensa.
En el Gran Tablero de Corcho que es la Isla, cada sujeto posee un puñado de tachuelas y fija allí los sucesos que le importan.
Cuando revisamos sus obras, nos encontramos con texturas que parecen tejidos textiles que nos llaman a la representación de la inteligencia y su actividad funcional.
“El lector y yo compartimos una fugaz experiencia en un mundo efímero, acelerado y lamentablemente violento”.
Un cacique local traspasa sin dificultad las normativas urbanísticas, y los imponentes muros del eclecticismo santiaguero ceden ante la desidia de los organismos tenientes.
Josué G. Gómez compone un discurso fragmentario a partir de las lógicas asociativas del pensamiento y la poesía.
¿Qué rescato ahora de esa prehistoria? Unos cuantos libros, como siempre.
“La estética lo va camuflando todo, saber que en ese justo lugar, debajo subyace la agresión, el dolor, la humillación. Hace que el tatuaje no sea solo un mero adorno”.
Mercedes Roffé es una de las voces de la poesía argentina actual de mayor reconocimiento. Varios de sus libros se han publicado en traducción en Italia, Quebec, Rumania, Francia, Brasil, Inglaterra, Líbano y Estados Unidos. Ha recibido las becas John Simon Guggenheim y Civitella Ranieri.
Un despliegue pasivo-agresivo sobre la ira femenina, el instinto de destrucción y una entrada a la intimidad a la que accedimos con nuestra mirada morbosa.
Yo debía olvidar el mito de un país pequeño que se enfrenta a una potencia extranjera.
En el centro de la cuestión hay una pregunta fundamental: ¿Cómo es posible que Israel, una nación conocida por su destreza en materia de inteligencia, fuera cogida por sorpresa?
Al racismo y la discriminación intencional que recorre la historia cubana hasta el presente hay que añadirle el inconsciente y sin embargo sistemático desprecio que se sedimenta en tantas de nuestras rutinas sociales.
“Para mí es un reto crear en Cuba y decir cosas desde aquí. Somos una islita casi perdida en el mundo, con un retraso de años luz… Hace poco nos llegó Internet… Pero se hace lo que se puede: con o sin materiales, inventamos, insistimos, y desde aquí o en la diáspora, es innegable que el arte cubano se ha hecho notar”.