Eurídice

En cualquier caso, la noche que no fui a verla ya estaba casada. Parecía vivir en varios lugares al mismo tiempo: Toronto, Dubái, Libia, de nuevo Toronto. En esa época todavía me llegaban correos suyos o veía en Facebook sus fotos con niqab. Era traductora: de algo le habían servido todos aquellos tumbos.

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