“Sería tan fácil como cruzarse de brazos: huelga general. Así fue como cayó Machado. Y ya Díaz-Canel dejó chiquito a Machado. Y a Batista. Parece empeñado en lograr lo que no pudo Weyler”.

“Sería tan fácil como cruzarse de brazos: huelga general. Así fue como cayó Machado. Y ya Díaz-Canel dejó chiquito a Machado. Y a Batista. Parece empeñado en lograr lo que no pudo Weyler”.
“Lo mejor de Cormac es que no tiene prisa”, dice Pearce. “Está absolutamente en paz con sus propios ritmos y confía plenamente en sus propias fuerzas”.
Comenzó a rodar la muñeca y su universo rosado bajo la aparente máxima de que ‘aquí caben todas’, e incluso ‘todes’.
La negligencia fiscal y las erráticas políticas empresariales pueden hacer descarrilar el sueño de un Singapur en El Salvador, sostiene Bloomberg.
Aunque sea improbable el antiguo sueño de una sociedad de seres individuales, libres y cultos, no es posible renunciar a tal sueño.
El interés de Trump por Marco Rubio es especialmente estratégico, teniendo en cuenta su atractivo demográfico y político.
“Nos une el hecho simple de convivir en una isla quimérica, desolada, donde reinan el agobio, el utopismo cínico, la violencia, la ocultación y la orfandad espiritual”.
“Nos hallamos frente a unas páginas de valor excepcional para quienes deseen respirar el turbio aire de esa época politizada, en que el oxígeno desaparecía rápidamente hasta dejar a una sociedad en la total asfixia”.
“Me autodenomino como una artista transdisciplinaria, porque con lo que hago, intento que atraviese las fronteras de lo uno o lo otro. Hago converger el videoarte, la fotografía, las instalaciones, la escritura, el teatro y lo performativo, pero no hay una barrera”.
Cuando Lasso Rohjo se fue a la guerra, la muchacha también se fue a la guerra.
No a la misma guerra, por supuesto, pero como guerra al fin, se corría un gran peligro.
La Batalla de: esperar o no esperar.
El otro-excusa es la vía de escape social. Es el monótono despuntar de la desidia. “Mejor que lo haga otro, porque yo no voy a cambiar nada”. Es la rabia del infantilismo social. Perpetúa el equívoco de dejar la vida en manos ajenas: que otro decida por ti, por tus sueños y tus realidades, por tus hijos y tus nietos.
Uno de los efectos más curiosos que tuvo la pandemia fue la de dislocar la relación espacial. Todo llegaba a mi patio con la misma intensidad: el encarcelamiento de Luis Manuel Otero Alcántara, la muerte de George Floyd, la campaña electoral estadounidense, el Movimiento San Isidro, la elección de Biden, el 27N.
Hoy cumplo treinta años y estoy decepcionada de muchas cosas. Algunas tienen que ver con el país que me dejó mi abuelo, otras tienen que ver con el mundo que nos dejaron. También me decepciono de mí cada día. Escucho el sonido de mis veinte años, que se acaban de esfumar.
¿Qué es para ti la felicidad? Para mí la felicidad es ver que esas personas de los videos están jodidas y yo no. Bueno, sí estoy jodida porque no tengo dinero, pero al menos no me faltan partes ni tengo cosas raras en el cuerpo. Mi cuerpo es normal. ¿Por dentro y por fuera? Por dentro y por fuera.