Vivimos en un limbo sin derechos legales, con condenas más duras en muchos casos que las impuestas a los asesinos.
Raymar Aguado, Jairo Aróstegui García y Lis Monsibáez
La lectura es la forma en que un escritor escoge sus prioridades, las califica y establece. Independientemente de los dictámenes de la academia, los vaivenes de la fama, las opiniones de los críticos y las regulaciones del tiempo.
‘Art Brut Project Cuba. Visiones contemporáneas dentro del Arte Cubano’
¡La libertad ensayada desde tantísimas direcciones!
Cubanos que escapan de Cuba y no se olvidan nunca de los cubanos
El evangelio de un béisbol que es patrimonio de nuestra nación desaparecida.
José Martí, calabaza: parece que se desplaza
Ahora Martí convertido en tatuaje, convertido en dibujo seductor, jugaba de nuevo un papel fundamental.
Homosexualismo
No se reduce a reconocerlos ni a desconocerlos, sino a evitar que sean factores de contagio: que no sean conductores de juventudes y tengan el menor contacto posible con la niñez que surge.
Reynier Llanes: “Tenemos que ser más sensoriales”
Estamos hablando de una pintura contra el fin de la humanidad. Una alarma sublime y esperanzada.
Rincón cerca del cielo
Fidel Castro le dijo al profesor Gustavo Kourí: “No sabes lo que estás hablando: el SIDA va a ser la epidemia de este siglo y va a diezmar poblaciones”.
Nuestras madres lo saben
Mundo, mira. Nuestras madres en Cuba te están ofreciendo la opción moral de hacer lo correcto. Hazlo.
Lo más reciente
A partir de Manhattan
En 1978, mientras Enrique Lihn flaneaba por Manhattan, Manuel Puig también daba vueltas por la isla neoyorquina, quejándose de la insularidad que significaba ser autor latinoamericano en tierra anglo. Por esos mismos años Reinaldo Arenas llegaría a Nueva York y moriría ahí mismo, culpa del sida. Y fue en Manhattan donde Néstor Sánchez se convirtió en un vagabundo que escribía con la mano izquierda.
Juan Roberto Diago: la cicatriz como historia y sanación
Bajo el pretendido manto de igualdad que esconde el eufemismo de nación multicultural, el discurso hegemónico destierra toda posibilidad de discusión en torno a la desigualdad racial, condenando un área sensible de la sociedad cubana al ostracismo y la invisibilidad. Es justo aquí donde se ubica el protagonista de la obra de Juan Roberto Diago.
Carta a Capablanca
Déjame decirte que entendí lo que era parecerme a Capablanca. Esa serenidad y ese porte y esa profundidad analizando la perfecta. Creo que los cubanos debiéramos estudiar tu vida y tus estrategias desde chiquitos. Entenderíamos más. Si solo aprendiéramos a simplificar en el tablero…
Visibilia de visionarios
Alguna sospecha tiene uno, cuando vive mucho tiempo en La Habana, que la ciudad, supongo que como la mayoría de las ciudades, se levantó sobre la pobreza lo mismo que sobre la riqueza. Pero la pobreza, que es como una mujer fea, es difícil que no deje su huella en siete u ocho generaciones siguientes.