El actor Matthew Perry murió por los efectos agudos de la ketamina, un fármaco del que ingirió la última dosis una semana antes.

El actor Matthew Perry murió por los efectos agudos de la ketamina, un fármaco del que ingirió la última dosis una semana antes.
‘2023’ es una entrega de la serie ‘Cosa seria’, una columna de opinión del artista Omar Santana, en ‘Hypermedia Magazine’.
Con un gran número de oportunidades, cualquier cosa extravagante, sucederá. Lo más improbablea priori, termina con la mayor probabilidad por el simple hecho de la repetición.
Mientras Occidente duda sobre el apoyo a Ucrania, Putin promete continuar la guerra, citando la resistencia económica de Rusia y sus objetivos inalterados.
Brasil envía a su hombre fuerte para las relaciones internaciones, con el objetivo de resolver la escalada entre Venezuela y Guyana. Al mismo tiempo, acantona el ejército en la frontera.
La escalada de violencia entre Israel y Hamás se salda con más de 20 000 muertos, según cifras publicadas por el Ministerio de Sanidad de Gaza.
EE.UU. deporta al teniente Pedro Naranjo a la Venezuela de Maduro, encendiendo la polémica sobre la postura de la administración ante los solicitantes de asilo.
La Universidad Carolina se convirtió en una escena de caos, cuando David Kozak empezó a disparar en los pasillos y las aulas, dejando tras de sí 14 muertos y 25 heridos.
Hemos venido a decirles que los políticos no sólo no son Dios, sino que son la causa de nuestros problemas.
Tanto si los vecinos del norte continúan una política dura hacia Cuba, o si por el contrario las relaciones mejoran y los vínculos comerciales, familiares, académicos y turísticos se estrechan, los efectos los sufrirá o los disfrutará la población cubana. No es bueno, sin embargo, centrar en los comicios estadounidenses la solución a la problemática nacional.
Escuché lo que había grabado. Al oírlo, todo me dolía aún más. Lamenté que mi teléfono no hubiera registrado la estridencia, el volumen. Lo puse en Facebook a ver si alguien sabía qué era. Un amigo me mandó un enlace a un artículo donde salía exactamente el mismo sonido, pero el titular me chocó: Ataques sónicos... Me quedé atónita.
Todo lo que he conocido, primero en la literatura, después en el teatro y el cine, se torna una puesta en escena del horror que todavía no puedo traducir en palabras. Es presenciar cómo se discrimina y se deshumaniza; y cómo la violencia de género es tangible allí: mujeres, madres, ancianas, artistas, periodistas, intelectuales cubanas.
No tenemos que caernos bien. No tenemos que ser amigas. No tenemos que coincidir en todo. Pero les presto la catana que he usado para mi harakiri. Ojalá que otras se animen a mostrar sus vísceras, junto a las que reciben golpes o están encarceladas por reclamar derechos que nos asisten a todas, sin que sepan a pie juntillas lo que significa sororidad.