¿Por qué los periodistas jóvenes son capaces de trabajar para los medios estatales incluso cuando los perciben como personal y profesionalmente opresivos?

¿Por qué los periodistas jóvenes son capaces de trabajar para los medios estatales incluso cuando los perciben como personal y profesionalmente opresivos?
¿Quiénes miran? ¿Qué se mira? La siguiente lista esboza uno de tantos posibles itinerarios que pudieran seguirse a través de las películas programadas en el 43º Festival de Cine de La Habana.
Hugo García González es profesor de literatura, culturas y cine de América Latina en Western Washington University. Mabel Cuesta es profesora y crítica literaria, y trabaja en la Universidad de Houston, Texas. Son los editores de ‘Asintomática’ una antología publicada por la Editorial Hypermedia.
La película desentraña una confrontación encubierta que desemboca en una escalofriante secuencia de homicidios.
Morir de amor, y ‘morir contra el desamor’ (en una metáfora muy abarcadora) acaso sean formas escandalosamente lúcidas de protestar.
Basta ya de seguir creyendo en la Utopía. ¿Qué clase de martirio inútil es ese?
La guerra entre Israel y Hamás se intensifica con mortíferos combates urbanos; el número de muertos en Gaza supera los 18 600.
El “milagro” de Guyana encandila al ineficaz régimen venezolano.
Brasil envía a su hombre fuerte para las relaciones internaciones, con el objetivo de resolver la escalada entre Venezuela y Guyana. Al mismo tiempo, acantona el ejército en la frontera.
Castresana había recorrido todos los museos en el área soviética de los Cárpatos, y había viajado en tren desde Transilvania hasta Moscú, donde había comido por primera vez mermelada casera de frutas del bosque y había paseado por primera vez por un bosque de abedules.
Una batalla épica entre los seguidores de El Guerrero Cubano y Hola Ota-Ola en Facebook y YouTube: “¡Vivan su vida en Miami. Ustedes ya no son cubanos!”, dicen unos. “Y ustedes no son personas. Jódanse”, responden otros. Así son las polémicas del siglo XXI cubano.
Yo vivo en un torbellino de emociones diarias… Los perros me causan ansiedad, las videollamadas me causan ansiedad, los videos de casas bonitas me causan ansiedad, mis padres me causan ansiedad, Cuba me causa ansiedad.
¿Será cierto aquello de que “hay cosas que nunca cambian”? Irse de Cuba, o quedarse, sigue siendo una decisión política. ¿Cambiará eso mientras yo esté viva? ¿Será antes de mis 40? ¿Lo verá mi generación? Una voz me recomienda que, entretanto, mientras se alarga la espera, siga en lo que estaba: con mi clítoris.