Capítulo 7
Así se le iba la vida en Cuba. Caminando a ciegas de una esquina a otra esquina de La Habana. Como un loco. Como poseído por un pánico de patria. Si Orlando Luis dejaba de moverse, pensaba Orlando Luis durante sus desquiciadas caminatas, Orlando Luis iba a caerse muerto sin llegar o salir nunca de casa.
Novela por entregas
El escritor Orlando Luis Pardo Lazo comparte con los lectores de Hypermedia Magazine el progreso de la escritura de su libro Esta no es la novela de la revolución
Esta no es la novela de la Revolución
Capítulo 6
Orlando Luis comenzó a caminar, convencido de que afuera lo esperaba una de esas patrullas color mierda del G-2, lista para recapturarlo y secuestrarlo, ahora hacia Villa Marista o alguna de las incontables “casas de protocolo” escondidas por toda La Habana y el resto de la Isla de la Libertad.
Esta no es la novela de la Revolución
Capítulo 5
Orlando Luis se reía de su ocurrencia, que en realidad no era más que un pobre plagio de Ángel Escobar, que en realidad no era más que un pobre poeta chileno que se exilió a golpe de pinga y esquizofrenia en Santiago de La Habana.
Esta no es la novela de la Revolución
Capítulo 4
No sería de extrañar que esos oficiales ni siquiera supieran el nombre de Orlando Luis Pardo Lazo. Para ellos, el cubano que se llevaban en la patrulla era un Don Nadie, otro de los incontables don nadies que la Seguridad del Estado secuestraba a diario.
Esta no es la novela de la Revolución
Capítulo 3
Patio interior del Ministerio de Cultura. Patíbulo intimidatorio del Ministerio del Interior: espacios estériles para Orlando Luis, metáforas miserables del Ministerio de la Verdad.
Esta no es la novela de la Revolución
Capítulo 2
―Mica ―Orlando Luis le gritó a su vecina desde la cama, sin importarle que pudieran oír su grito al otro lado de la línea, en la redacción periodística de La Gaceta Intereconomía, NTN24 o Radio Martí―, diles que me mataron, por favor. Diles que ya me fui del país.
Esta no es la novela de la Revolución
Capítulo 1
«Le daba grima pensar en las hipócritas necrológicas online que después le dedicarían Yoani Sánchez y Dagoberto Valdés, por ejemplo. No quería verse convertido en otro mártir de mentiritas o en el nombre de una ONG en Washington DC que fuera a patrocinar el concurso cívico Orlando Luis Pardo Lazo in memoriam, con fondos del Departamento de Estado».