¿Te vas? ¿Otra vez te vas? ¿Y hasta cuándo? —ella interroga, pero el hombre la mira y no responde. La mira y no la besa…

¿Te vas? ¿Otra vez te vas? ¿Y hasta cuándo? —ella interroga, pero el hombre la mira y no responde. La mira y no la besa…
La modernidad martiana se relacionaría no con el caos, lo roto, lo inconcluso, lo trunco o lo fragmentario, sino con una visión de la realidad sentida y transmitida de manera comprensiva y profunda.
Una vez más escribo, que es lo mismo que explotar. Una vez más cada pedacito de memoria queda esparcido por el aire. Público. Impúdico.
Project Syndicate: “La toma de posesión del presidente guatemalteco Bernardo Arévalo, retrasada nueve horas por un intento desesperado de impedir que asumiera el cargo, ilustra los retos a los que se enfrenta ante unas élites corruptas”.
Nina Zubareva, superviviente del sitio de Leningrado, falleció en Cuba, anunció la embajada rusa en La Habana.
Ecuador planea modernizar su ejército con material estadounidense, y ayudar a Ucrania mediante la transferencia de sus viejos equipos rusos.
Crecen las sospechas sobre el paradero y protección de Vladimir Cerrón, ex gobernador de Junín, actualmente sentenciado por cargos de corrupción.
Netflix resuelve una demanda por difamación presentada por José Basulto, responsable de Hermanos al Rescate, por su imagen en “Red Avispa”, evitando así un juicio con jurado.
Una masturbación es el diminuto triunfo de lo irrepetible.
Las ciudades huelen. Los distintos lugares de las ciudades huelen uno diferente del otro, como las partes del cuerpo. Los pies de la ciudad no huelen como huele detrás de sus orejas. La cabeza de una ciudad no huele como sus axilas, ni como su sexo. La Calle 23 es el vello abdominal del Vedado: se encuentra entre el tórax y el área púbica.
“Devuelvo a Charles D. Meigs a su estante y me miro los guantes forenses. En la historia de la obstetricia, Meigs es el autor de esta preciosa frase: ‘Doctors are gentlemen and a gentlemanʼs hands are cleanʼ. Los doctores son caballeros, y las manos de un caballero son limpias. Los doctores no se lavan las manos”.
Everglades: salvajismo, histerización, excentricidad. Everglades: lo único que me enloqueció durante una cuarentena en La Habana, y que verdaderamente definió mi training de lengua, mis fiebres de hembra. Es una suerte que Everglades todavía sea literatura: la necesaria, la enloquecedora.
Esta es la imagen que quiero para esta entrevista: Jorge Enrique Lage guiñando un ojo en Cuba, en su negativa al silencio: “Me gusta el instrumental de la ciencia-ficción, las movidas con el tiempo. Y me gusta trastear cacharrería en paro técnico. Para otras cosas más productivas, se necesitan habilidades de las que yo carezco”.