La ministra rumana de Cultura, Raluca Turcan, dijo que el país tenía “el deber moral” y la “obligación” de concienciar a las generaciones futuras para que no se repitieran los errores del pasado.
La ministra rumana de Cultura, Raluca Turcan, dijo que el país tenía “el deber moral” y la “obligación” de concienciar a las generaciones futuras para que no se repitieran los errores del pasado.
Es ahí donde confluyen curiosos, asiduos, deseosos, guapos, conocedores, inexpertos, pingueros, despechados, faltos de dinero. Todos en busca de lo mismo: sexo, contacto.
Fina García Marruz nos ha dejado un libro sobre la República, mucho más hondo, original y brillante que las memorias noveladas escritas por su esposo, Cintio Vitier.
La agenda de Sánchez incluye reuniones con los primeros ministros de Noruega, Irlanda, Portugal, Eslovenia y Bélgica centradas en la posición de la UE respecto a la guerra entre Israel y Hamás.
Transcurridos más de seis meses de guerra, Hamás declaró que estaba “estudiando” una nueva propuesta de tregua temporal, presentada durante las conversaciones con mediadores estadounidenses, qataríes y egipcios.
Como colectivo, estábamos solos en las manos abismales de la infinitud. El cosmos no formaba parte del castrismo. Y eso, sin saberlo, constituía un alivio existencial.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, visitará China el lunes y el martes para hablar de la guerra en Ucrania y de la profundización de la asociación entre Moscú y Pekín.
La desgracia de Tamara es infinita; más difusa que la bola del mundo, más caliente que la arena del Sahara, más pesada que la Antártida; más profunda que la desesperación, la desolación y la desesperanza, todas juntas.
A pesar de un año de estancamiento de los frentes de batalla, el objetivo de reconquistar el 20% de Ucrania bajo ocupación rusa parece poco prometedor.
Trabajé cuatro años para ellos. Aproximadamente 12.000 CUC me robó el gobierno en Cuba cuando abandoné la misión. La familia no tiene derecho a extraer ese dinero. Solo el colaborador puede hacerlo. Pero no me permiten la entrada al país.
Cuando el Escriba-no de estas líneas insiste en estos detalles, procederes y sucesos que giran alrededor del curioso caso de la literatura cubana, es porque hace ya tiempo que debemos reparar en que, en efecto y lastimosamente, resulta francamente imposible y fatalmente inimaginable que podamos pensar en el pasado sin rencor.
El presentismo no es historia, sino falsa moral vestida de historieta. Vivimos tiempos de ideas desatinadas, de rectificaciones de “errores” de la historia. Manan malevolencias desde el pasado y nada ni nadie se salva: la matemática es racista, la física es racista y sexista, la arquitectura es sexista, Shakespeare es racista, Beethoven es clasista…
“Una cosa es la clasificación que se haga de un régimen y otra, la manera de nombrarlo en un texto periodístico. Esto tiene que ver también con la polarización que hay en el caso cubano. Algunos lectores a veces comentan y nos increpan que por qué le decimos gobierno a lo que solo es una dictadura”.