Las obras de Enrique Silvestre son filigranas de sus ensoñaciones. Él es un soñador de imágenes, alguien que crea para conjurar la melancolía al suspender el tiempo.

Las obras de Enrique Silvestre son filigranas de sus ensoñaciones. Él es un soñador de imágenes, alguien que crea para conjurar la melancolía al suspender el tiempo.
“El hambre es apenas una sinécdoque de unas carencias bastante más profundas”.
Ser cubano roza lo sublime, a pesar de que la Isla es un lugar en que la cotidianidad tiene una incontestable vocación para desgraciar vidas.
“Me crié en una dictadura y no quiero que lo mismo ocurra en los Estados Unidos”.
El político Alejo Vidal-Quadras en estado muy grave en el Hospital de la Princesa, tras ser disparado en la cabeza en plena calle.
La misma Norah Jones que comparte el premio Grammy con artistas como Maykel Castillo “Osorbo”, actualmente condenado a nueve años de prisión, o Yotuel Romero, quien tiene prohibida la entrada a la isla.
Benjamín Netanyahu promete un control de seguridad indefinido sobre Gaza tras la guerra, lo que hace temer una ocupación permanente.
Paul Auster publica ‘Baumgartner’, una novela profundamente humana, en medio de su batalla contra el cáncer, que resume la obra de su vida.
Edel Rodriguez publica “Worm”, unas memorias gráficas en las que contrasta su éxodo cubano y su vida en Estados Unidos, poniendo de relieve la fragilidad de la democracia.
“Worm: A Cuban American Odyssey” está disponible desde hoy en librerías y online.
Texto que forma parte del proyecto editorial El fin del Gran Relato, que recoge y amplía dos ediciones de la exposición homónima y cuya publicación ha sido producida por CdeCuba Art Magazine, Celia-Yunior, Henry Eric Hernández y Yornel Martínez Elías.
Algo de Henry Miller y de Sebald, pero además de Godard y hasta de David Lynch, tenía el reparador de teléfonos públicos que, una tarde opaca de 2013, llamó a mi casa para preguntarme cómo podía obtener algunas películas sobre las que escribí en Sexo de cine.
Voy a explicar, de gratis, por qué le va mal al 98 % de la joven literatura nacional: en Cuba, casi todos los narradores tienen los pies firmemente apoyados en la tierra de lo inargumental. Por eso este país es tan delirante. Tanto así que muy pocos textos se pueden reducir a una nota de contraportada.