Los policías, los del día a día, los que han sido reducidos a simples inspectores, también se sienten reprimidos, agobiados.

Los policías, los del día a día, los que han sido reducidos a simples inspectores, también se sienten reprimidos, agobiados.
Leo ‘Tía buena. Una investigación filosófica’ (Círculo de Tiza, 2023), de Alberto Olmos.
Ser cubano es una combinación sin igual de presunciones y malentendidos, que implica aceptar una condición cada vez más patética y abstrusa.
¿En qué época estoy viviendo? ¿En qué época estamos viviendo? ¿Y cuál es la época que ahora vive el Estado cubano?
El ODC vuelve a llamar la atención sobre el sistemático secuestro de las instituciones culturales cubanas bajo una fachada democrática.
En la Cuba real, cualquier alegría tiene que ver más con un deseo que con un estado mental donde existan motivos comprobables para el júbilo.
El castrismo y su continuidad están colimados por una crisis poblacional equivalente a un golpe demográfico.
Los grandes descubrimientos muchas veces comienzan como pequeñas ‘casualidades’.
Capítulo del libro ‘Historia de la música popular cubana. De las danzas habaneras a la salsa (1829-1976)’, de Antonio Gómez Sotolongo (Hypermedia, 2024).
Queda entonces la Revolución, pero no como un movimiento reaccionario de retorno a una identidad perdida en África, sino como inmersión en los Orígenes.
Una obra teatral que se concentra, más que en las pérdidas materiales, en los trastoques emocionales producidos por la intervención del Estado cubano posrevolucionario.
“Con una sensación creciente de extrañeza, leí las cuatrocientas y tantas páginas de ‘Hotel Singapur’, novela de Gerardo Fernández Fe”.
“Quieren que se haga en secreto, sin despedida. Quieren llevarme al borde de un cementerio, a una tumba fresca y decirme: aquí yace vuestro hijo”.
Estados Unidos y los países árabes intensifican las conversaciones para lograr un alto el fuego en Gaza y liberar a los rehenes.
En las fotografías de Izuky Pérez el reforzamiento del canon ocurre cuando nos percatamos que allí el cuerpo deviene paisaje y, al mismo tiempo, atmósfera.
Los símbolos patrios pertenecen a toda la ciudadanía, hacen parte del imaginario colectivo de la nación que, a su vez, se ha nutrido de la historia construida a lo largo de nuestro devenir.
El ex embajador de Estados Unidos se declara inocente de actuar como agente cubano, tras acusaciones de operar bajo control extranjero y uso de pasaportes falsos.
Trump planea una drástica reforma migratoria para 2025, que incluye deportaciones masivas y grandes campos de detención.
Israel se ofrece a evacuar a los menores del hospital al-Shifa, de Gaza, en medio de la crisis de combustible y la escalada del conflicto.
Por primera vez se puede mandar a callar a estos monigotes engreídos; “únicos depositarios de la verdad”, la cual solo sirve a cubanos sordomudos y desarmados.
En un bodegón, una mujer se asoma desde la puerta y grita: “¡Se acabó el picadillo, caballero!”. Por suerte, quien esto escribe solo quería lentejas. El número seis de la cola no lo tomó tan bien: “¡Si Fidel estuviera vivo estas cosas no pasarían!”. Ahí mismo llegó mi primera tesis cuarentenal: Fidel es un progenitor de estoicos.
Alguien podría decir: he aquí una más de los que quieren hacerse un nombre a costa de nombrar a los que ya se han ganado el suyo. Pero se equivocan. Nosotros no queremos un nombre: los queremos todos y al mismo tiempo. Queremos ver arder el Kempinski como vimos arder Notre Dame. Somos las hijas putas que parió la mujer del carpintero.
En estos tiempos de velocidad qué mejor que un soneto, una décima o un haiku que tratan de resumir a veces el sentido de la vida en unos cuantos versos.
Con esta ‘playlist’ saldamos una deuda con lo que a muchos les gusta llamar el ‘popopopo’. Como no podía ser de otra manera Chocolate Mc, con su exitosa “Bajanda”, es el número uno.
“El 90% del llamado arte político que se produce en Cuba es disfuncional, porque se sustenta en un coqueteo con la institución. Irónicamente, estos son los artistas que han tildado de evasivos, comerciales y cobardes a pintores u otros creadores que no califican dentro de la escuela del arte político cubano”.
De vuelta de mi viaje a España llegué con una maleta llena de libros. Ahora no me queda casi ninguno. Me queda un grupo de amigas que han leído los libros que yo compré, y otro grupo de amigas que me han bloqueado, pero que así y todo cargaron en sus carteras con Buñuel, Jhumpa, Satyajit, Jane, Buri, Bolaño…