El desmayo es una suspensión del yo. A eso hay que aspirar en la escritura, aunque se hable en primera persona.
El desmayo es una suspensión del yo. A eso hay que aspirar en la escritura, aunque se hable en primera persona.
El ODC alerta sobre las complicidades tácticas que están dispuestos a llevar adelante determinados agentes de influencia que instrumentan el arte para encubrir las demandas de una mayoría silente.
Y yo, bueno, yo lo sabía todo sobre ‘One Piece’.
La Isla de los Palestinos en el Golfo de América: Gaza convertida en balneario y Cuba en un condado de Florida.
Es agosto y el sol del mediodía seca la sabana con una luz blanca. El último vagón del tren se aleja por las vías.
La música de nuestro himno no tiene tambores batá, ni décimas guajiras, ni claves afrocubanas. Es una marcha europea. Blanca. Neoclásica.
Si me dieran a escoger entre haber sido un vástago de Rockefeller o la piedrita en el zapato que fue Ida Tarbell, ya se imaginan qué preferiría.
Una conversación con Víctor Hugo Pérez Gallo.
“Interesa, sobre todo, fijar la imagen de ese joven poeta iconoclasta que aprovecha todas las oportunidades para hacerse visible y se mueve con libertad entre ‘los pajes, los comunistas y los sultanes’”.
Alicia Borinsky (1946). Académica, poeta y escritora de narrativa. Profesora de Literatura latinoamericana y contemporánea, y directora del Programa Interdisciplinario de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Boston. Ha publicado extensamente en español e inglés, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica y Europa.
En el año 1994 / yo tenía 8 años y aún no iba a la primaria Manuel Torres Canals / a escuchar a un amiguito que reunía a todos alrededor de una mesa / y se ponía a inventar historias sobre Voltus V y Mazinger Z.
Rusia intensifica la represión contra los periodistas, deteniendo a varios por supuesto extremismo y descrédito al ejército en medio de la guerra con Ucrania.
Sánchez es conocido por sus arriesgadas maniobras políticas. Pero los últimos días reflejaron lo que los analistas consideraron una nueva altura en el teatro político español, incluso para él.
Alberto Garrandés (La Habana, Cuba, 1960) es narrador, ensayista y editor. Considerado uno de los autores más prolíficos de la generación de los novísimos. Premio Nacional de la Crítica en 2000. Reside en La Habana.
Fragmentos del libro ‘La Cuba del siglo XIX’ (Editorial Betania, 2024) de la académica española Inés Ceballos Fernández de Córdoba.
Las legisladoras progresistas de Estados Unidos defienden su viaje a Cuba argumentando que es clave para la toma de decisiones políticas.
Las tropas israelíes entran en el hospital Al Shifa, de Gaza, en medio del asedio, causando preocupación por los pacientes atrapados y la escalada de la crisis humanitaria.
Los venezolanos se convierten en un grupo demográfico clave, con un aumento de su población en EE.UU. del 169% desde 2010.
Al régimen no le agrada que la oposición use los símbolos de la nación para hacerle resistencia al poder.
Es el viaje. El chemsex. El Ácido. La Heroína. El Opio. La Ketamina. El Éxtasis. El Popper. Es el culo abriéndose en 90 segundos como una amapola. Es la ONU concediendo a un ciudadano 90 segundos de discurso para denunciar toda una vida de violencia y maltrato.
La gramática del poder necesita un objeto sobre el cual ejercer su acción. Incluso cuando los artistas se las han ingeniado para subvertir el poder, los círculos de poder se las han ingeniado aún más para anular dicha subversión. Tal vez la subversión solo es posible allí donde la sombra de la mano legitimadora no alcanza.
En estos tiempos de velocidad qué mejor que un soneto, una décima o un haiku que tratan de resumir a veces el sentido de la vida en unos cuantos versos.
¿A quién se le ocurre asistir a un evento, donde te prometen salir empapado, con vestidos de noche y en el constante temor de que tu móvil coja catarro?
“En la enseñanza musical no se estudiaba jazz. A mi generación lo que le interesaba era el rock. La política era meterte la música cubana a la fuerza. Hubo una época de reevaluación del son: son para aquí, son para allá. Por eso lo rechazábamos. Solo después, fuera de Cuba, es que redescubro la música cubana”.
“La relevancia de la generación de los ochenta terminó siendo local, insular: solo fue notable dentro del contexto de Cuba; fuera de las fronteras, no generó una diferencia. Nuestros logros como artistas en el mundo, están marcados por la individualidad”.