Elio Rodríguez (1966) es un artista visual cubano radicado en Elche, España. Su práctica artística abarca una amplia gama de medios.
Elio Rodríguez (1966) es un artista visual cubano radicado en Elche, España. Su práctica artística abarca una amplia gama de medios.
“La mujer, la fotógrafa, no es una simple ladrona de luces y sombras. No es solo el tecnicismo de un arte, es apreciación y reflexión. Un vínculo absoluto con el creador”.
El ODC subraya el peligro de naturalizar y laurear una interpretación tergiversada y perversa del compromiso social de las personalidades de la cultura y las ciencias en Cuba.
“Censurar una revista da al traste con las ventajas que una actitud dialogante y abierta representa para la creación artística de cualquier país”.
A Lorena Gutiérrez le apasiona la anécdota que ha sido repetida hasta la saturación en la lírica oficial.
Me vuelvo a ver adolescente subiendo los 160 peldaños de metal de la antorcha, asomándome luego a unas ventanillas sucias por las que se veía una Nueva York “super cool” y hedionda.
La exposición de Abela en la Galería Zak fue uno de los episodios que sirvieron para la elaboración de la noción de arte cubano moderno.
“Nadie sabe de dónde brotaba la magia de esta muchacha, cuyo rostro de enigmática mirada irradiaba el misterio de la poesía”.
Era un lugar,/ un miedo/ vulgar y colectivo /tejido por las sombras,/por demiurgos / que hicieron una fiesta /y lanzaron al fuego nuestros libros.
De la obra maestra llamada Hypermedia Review, con su primogénita edición titulada El factor Yuma & Las mafias del arte cubano, lo que me interesa resaltar es la acción, la apuesta por la pulpa, por el olor a tinta industrial. Una decisión que inevitablemente permite a Hypermedia adelantarse en esa carrera que ya dominaban.
Una escritura que desacraliza y destruye, a partir de elementos asociados a lo femenino, lo escatológico y lo sexual lésbico, los paradigmas impuestos por el poder opresivo del patriarcado.
“La Patria es agonía y deber”, sentencia Martí. Pero un poco de buen gusto, respeto por los cánones del arte, y una dosis de estética, no vendrían mal mientras agonizamos.
Me fui a caminar por Brooklyn. Tenía que hacer una tarea para la escuela sobre el amor en Nueva York y salí a buscar. Nada. Los americanos no se tocan, ni se besan en la calle, o yo tuve mala suerte.
Yolanda Pantin persigue, en el poema, la libertad, y sabemos, en el poema, que la libertad quedó atrás, mucho antes del lenguaje. Fuera del poema, la libertad es el poema.
En la 15ª cumbre de los BRICS se palpa un cambio en la política mundial, con el ascenso del Sur Global desafiando a las potencias tradicionales. La diplomacia rusa pone de manifiesto esta evolución.
“Yo sé que si un día me meten preso, o me detienen cuando vaya de nuevo a Cuba, son mis amigos los que me van a sacar de la cárcel o del apuro. Mis amigos y la derecha, mis amigos y Miami, mis amigos y el exilio. La izquierda me va a hundir más. De la izquierda cubana, hasta ahora, no se puede esperar más que complicidad con el represor”.