Con mucha más razón debemos preocuparnos para que ninguno de nuestros gestos o actos beneficien, así sea indirectamente, a quienes insisten en controlar nuestras vidas, incluso a distancia.

Con mucha más razón debemos preocuparnos para que ninguno de nuestros gestos o actos beneficien, así sea indirectamente, a quienes insisten en controlar nuestras vidas, incluso a distancia.
La rebelión liderada por Prigozhin desata una serie de reacciones políticas y públicas en Rusia, con llamados a la unidad y condenas a la agitación interna, mientras el país se enfrenta a una encrucijada crítica.
Kelly Martínez-Grandal nació en La Habana en 1980. Es poeta, narradora, ensayista y crítica de arte. En 2024, ganó la Cintas Foundation Fellowship in Creative Writing.
“Este libro publicado por Casa Vacía es, sin lugar a dudas, un epitafio, el del propio Jorge Enrique o el secreto mejor guardado de la literatura cubana”.
“Y
Durante años, tuve muchísimo miedo de mencionar la carta. Los amigos íntimos de Mendieta me habían contado muchas historias aterradoras sobre el Sr. Andre. Nunca lo había conocido, pero sabía que era un famoso artista anglosajón, que también podía ser un asesino.
De las hábiles manos de Nicolás no sólo salían las piñatas para los cumpleaños de todos los chamas de la cuadra, sino también, ¡maravilla de maravillas!, modelos en madera de barcos y aviones, a escala y con lujo de detalles.
‘Distintos modos de contar ovejas’ es una entrega de la serie ‘Epizootia’, una columna de la artista Camila Ramírez Lobón en ‘Hypermedia Magazine’.
Necesitaba cierta lógica de ficción para empatar las dos imágenes que tengo de ella: primera y última cita.
Esa cubanía que honrosamente cargamos, que involucra valores, ideas, emociones, actitudes, aún arrastra la pesada carga de una nacionalidad que la opaca, la reduce y la deshonra. Una carga que, independientemente de nuestra voluntad, revela las insufribles paradojas de la cubanía.
No me he leído tus libros, pero eso debo enmendarlo. / Me releo tus columnas y siempre me hacen el día. / En abril, que acá es mes frío, se me congelan las manos / cuando me siento al teclado a cultivar amistades. / Tú estarás allá en Mayami, ocupada en tus labores / y de repente recibes esta nota que se extiende.
A veces pienso en cómo la pandemia ha cambiado el juego, en la futilidad de toda escritura si los chinos o los rusos deciden envenenarnos. Medito en cómo este virus ha sido una advertencia, un anónimo metido por debajo de la puerta. Entonces siento terror.
Dicen que la madurez se mide según la capacidad de tolerancia; para mí, es más bien según la capacidad de resignación.