Ante la escalada de la crisis del combustible y el empeoramiento de la situación económica, Cuba vuelve a pedir ayuda a su aliado histórico, Rusia. Esta información, detallada en un reciente informe de BBC News, es indicativa de un posible cambio en las relaciones geopolíticas y de la escalada de los problemas socioeconómicos a los que se enfrenta la población cubana.
Aumento de la escasez de combustible
La crisis del combustible ha contribuido a agravar las dificultades a las que se enfrentan los ciudadanos cubanos. La falta de disponibilidad de combustible ha provocado colas de varias manzanas para repostar, y el Estado ha recurrido a organizar a los conductores en grupos de WhatsApp para gestionar el caos. Este sistema, sin embargo, ha demostrado ser ineficaz e ineficiente, ya que la entrega de combustible falla con frecuencia y los conductores a menudo pierden sus turnos debido a la mala comunicación.
Problemas económicos y oportunidad rusa
Los persistentes problemas económicos de Cuba, agravados por el colapso de la industria turística debido a la pandemia del COVID-19, se han visto empeorados por la escasez de combustible. Sin embargo, estos problemas han presentado oportunidades para las empresas rusas. Recientemente, Cuba firmó una serie de acuerdos con empresas rusas que abarcan los sectores del turismo, la agricultura y la energía. El acuerdo incluye disposiciones para que las empresas rusas ayuden a rejuvenecer partes de la infraestructura turística de Cuba, una revisión de un obsoleto ingenio azucarero e inversiones en la producción de ron y acero.
Acuerdo sobre petróleo crudo
De interés inmediato para la población hambrienta de combustible es un acuerdo para que Rusia suministre aproximadamente 30 000 barriles diarios de crudo. Ello podría compensar el déficit de consumo interno tras la reducción de las exportaciones de crudo de Venezuela. Los medios de comunicación estatales cubanos han descrito esta medida como una prueba de los duraderos lazos entre ambas naciones.
Implicaciones y preocupaciones
Sin embargo, este resurgimiento de los lazos entre Rusia y Cuba conlleva sus propias preocupaciones. A los economistas les preocupa que esto pueda ser una solución a corto plazo para un problema más profundo, ya que las empresas rusas esperarán el reembolso puntual y completo de sus inversiones. Además, el apoyo de Cuba a Rusia tras la invasión de Ucrania el año pasado hace que los nuevos lazos económicos sean aún más complejos.
Mientras la isla lidia con la continuación de su crisis de combustible y el restablecimiento de los lazos con Rusia, es imperativo crear una estrategia que permita el desarrollo sostenible y la estabilidad económica. Si estos nuevos acuerdos con Rusia serán beneficiosos a largo plazo, sólo el tiempo lo dirá.
Nuevas tecnologías para reprimir la disidencia en Cuba
La creciente industria de vigilancia rusa plantea preocupaciones sobre su posible exportación a Cuba para reprimir a disidentes, según informes.
