En respuesta a las protestas que estallaron en la isla el pasado domingo, que las autoridades cubanas han vinculado a una campaña de “envenenamiento mediático” desde Estados Unidos a través de las redes sociales en lugar de a sus motivaciones reales, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, inauguró el jueves su propio espacio en Internet para la comunicación gubernamental. La iniciativa se considera un intento de abordar y contrarrestar directamente las narrativas externas.
El programa, titulado #DesdeLaPresidencia, estará alojado en plataformas como X (antes Twitter) y YouTube, y fue presentado como un “nuevo espacio de comunicación que tendrá al líder cubano como anfitrión y abordará temas que marcan la agenda del país”. Está previsto que se emita semanalmente.
Durante el debut, Díaz-Canel hizo hincapié en la distinción entre una “Cuba virtual” y una “Cuba real”, insistiendo en que la difusión viral de posts sobre las protestas y las retransmisiones en directo de los usuarios sobre las manifestaciones formaban parte de un conflicto narrativo mayor. Cientos de personas salieron a las calles en el este del país este domingo, exigiendo electricidad y alimentos en medio de la peor crisis de la isla, caracterizada por la escasez, la inflación y la dolarización. Las protestas, relativamente pacíficas, se concentraron en unas tres localidades del interior. Los grupos de vigilancia de los derechos humanos informaron de unas 10 detenciones, mientras los funcionarios del gobierno intentaban apaciguar a los ciudadanos.
Los manifestantes coreaban “corriente y comida”, cantaban el himno nacional y gritaban “patria y vida”, un lema dirigido a contrarrestar el lema “patria o muerte” característico del castrismo.
“Bombas silenciosas para minar nuestra economía (en referencia al embargo de Estados Unidos), ahora apoyadas con el lanzamiento de cohetes mediáticos, así podemos describir a Cuba el domingo”, afirmó el presidente cubano, sentado junto a un periodista y al ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, en la primera edición de su programa. Aunque Díaz-Canel reconoció problemas de mala gestión y “burocracia”, así como el impacto de los apagones de 12 horas y la escasez de alimentos en la población, criticó duramente a los grupos de interés del exilio en Florida y al Gobierno de Estados Unidos, que en los últimos años endurecieron las sanciones impuestas en los años 60 para presionar por un cambio de modelo político, culpándoles de la actual crisis económica.
El lunes, el Gobierno cubano informó de que había convocado al encargado de negocios de Estados Unidos en La Habana, Benjamin Ziff, para protestar por unas declaraciones consideradas intervencionistas, en las que se hablaba de respetar los derechos humanos y atender las demandas populares.
Díaz-Canel también se refirió a las protestas de hace casi tres años, describiendo cómo se construyó un “11 de julio virtual” en toda la narrativa de odio y desprecio contra la revolución cubana, aludiendo a las masivas manifestaciones de julio de 2021, las primeras en décadas en la isla. Reiteró que hubo un “envenenamiento mediático” causado por blogueros con agendas antirrevolucionarias y noticias falsas.
Las protestas de 2021, que se extendieron por todo el país, se saldaron con la detención de unas 1.000 personas, según organizaciones no gubernamentales, de las que 700 fueron condenadas posteriormente. La comunidad internacional criticó entonces duramente la reacción del gobierno.
Esta vez, las manifestaciones se concentraron en el este del país.
El presidente y el ministro hablaron durante más de una hora en un formato que recordaba a las comparecencias del fallecido líder venezolano Hugo Chávez en su “Aló Presidente” o de Fidel Castro en las primeras temporadas de “Mesa Redonda”. Por su parte, el ministro de Energía resumió en el programa los planes para mejorar el suministro eléctrico —insuficiente por falta de combustible en el país o averías en las viejas y mal mantenidas plantas eléctricas— y reconoció el impacto de los apagones de “12, 14 o 18 horas” en los días previos a las protestas en oriente.
“Somos conscientes de que la electricidad es la chispa de cualquier explosión”, afirmó De la O. Los funcionarios indicaron que los cortes de electricidad habían disminuido un 66% esta semana gracias al regreso de una central termoeléctrica que había estado parada por reparaciones.
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