Un inesperado ataque desde Gaza en la madrugada del sábado ha llevado al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a declarar la guerra al grupo militante Hamás. El ataque sorprendió al aparato de defensa israelí, ya que los militantes utilizaron un enfoque múltiple, atacando por aire, tierra y mar.
Detalles del ataque
Según el ejército israelí, los militantes lograron infiltrarse en la base que sirve de cuartel general del ejército israelí en el sur. Al caer la tarde del sábado, las fuerzas israelíes lucharon por recuperar el control de sus ciudades y pueblos, desplegando cuatro divisiones del ejército en el sur del país. Durante los enfrentamientos, el sistema de defensa antiaérea israelí Cúpula de Hierro interceptó varios cohetes sobre Tel Aviv.
En represalia, Israel inició ataques aéreos contra dirigentes y militantes de Hamás. La declaración de Netanyahu dejó clara la gravedad de la situación: “Estamos en guerra, no en una operación, no en rondas de combates: en guerra”.
Las primeras secuelas han sido devastadoras. El ejército israelí confirmó que soldados y civiles habían sido secuestrados y llevados a Gaza, mientras que otros permanecían como rehenes dentro de ciudades israelíes. El recuento de víctimas, hasta el momento, asciende a 150 israelíes (en su mayoría civiles) muertos y 1110 heridos, mientras que las bajas palestinas ascienden, según los informes, a 232 muertos y más de 1697 heridos debido a los contraataques israelíes.
Repercusiones y reacciones internacionales
Los audaces atentados de Simchat Torá, una importante festividad judía, tienen ramificaciones más allá de las fronteras de Israel. Esta violenta oleada amenaza con echar por tierra las actuales conversaciones de normalización entre Israel y Arabia Saudí, mediadas por Estados Unidos. Además, el atentado se produjo en medio de un periodo de acusada inestabilidad política interna en Israel.
El presidente de Estados Unidos, Biden, se apresuró a condenar el atentado, ofreciendo su apoyo incondicional a Israel y advirtiendo a otras entidades hostiles de que no se aprovecharan de la situación.
Sin embargo, la narrativa desde el lado palestino fue diferente. Hamás hizo un llamamiento a otros grupos palestinos y a la comunidad árabe en general para que se unieran a ellos contra Israel. El líder de Hamás, Ismail Haniyeh, pintó un cuadro de victoria inminente para su bando, incluso mientras estallaban escaramuzas en Cisjordania.
La poderosa milicia libanesa Hezbolá, aliada de Irán, mostró su interés por la situación y se comunicó directamente con los dirigentes de Gaza.
La implicación de Irán y la respuesta de Israel
El presidente israelí, Isaac Herzog, no tardó en acusar a Irán de ser el cerebro del ataque dirigido por Hamás. Aunque Irán no admitió directamente su implicación, Yahya Rahim-Safavi, asesor del Líder Supremo de Irán, expresó su apoyo a los combatientes palestinos.
A la luz de los ataques, Israel ha lanzado una contraofensiva masiva denominada «Operación Espadas de Hierro», dirigida contra múltiples emplazamientos relacionados con Hamás. Esto ha provocado un pánico generalizado en Gaza, con innumerables palestinos evacuando sus hogares por temor a una reacción israelí.
La cruda realidad sobre el terreno
La población israelí está conmocionada. Un relato personal de Yoni Asher, un residente, puso de relieve la tragedia de las familias destrozadas, con su mujer y sus hijas desaparecidas y posteriormente vistas retenidas por militantes de Hamás. Residentes de ciudades cercanas a la frontera de Gaza, como Ofakim y Ashkelon, describieron escenas de horror, pánico e incredulidad.
A pesar del aumento de la tensión en la frontera entre Gaza e Israel en las últimas semanas, no había indicios de un conflicto total inminente. Las escaramuzas esporádicas entre Israel y Hamás han sido constantes desde que Hamás tomó el control de Gaza, tras su enfrentamiento con el grupo político Al Fatah.
Históricamente, la estrategia de Israel con respecto a Gaza ha consistido en enfrentamientos militares esporádicos evitando una guerra a gran escala. Con la última entrada de tropas terrestres en Gaza en 2014, esta repentina escalada supone un cambio significativo en el delicado equilibrio de la región.
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