WLRN: “El senador por Florida Marco Rubio insulta vergonzosamente a las víctimas reales de las dictaduras al comparar la condena de Donald Trump con las injusticias reales de regímenes como el cubano”.
WLRN: “El senador por Florida Marco Rubio insulta vergonzosamente a las víctimas reales de las dictaduras al comparar la condena de Donald Trump con las injusticias reales de regímenes como el cubano”.
Cuando se cumplen 60 años de su creación, el “Teléfono Rojo” sigue siendo un símbolo perdurable de la diplomacia entre Estados Unidos y Rusia.
Muchas perspectivas dizque progresistas han utilizado la gordura para caricaturizar y criticar a sus enemigos. Los gordos terminan representando el exceso, el egoísmo, la brutalidad.
El presidente Biden firma una orden ejecutiva para suspender temporalmente las solicitudes de asilo en la frontera sur mientras los encuentros con migrantes superan los 2500 diarios.
William McCorkle, quien ha trabajado en la frontera, revela las diferencias entre las políticas hacia la inmigración y la dura realidad a la que se enfrentan los inmigrantes.
Eater Atlanta: “Desde sándwiches cubanos prensados hasta cenas de varios platos, la comida cubana abunda en la ciudad”.
Israel y Hezbolá se acercan a una guerra total tras una escalada de las hostilidades, lo que aumenta la presión sobre el gobierno israelí para que proteja su frontera septentrional.
“En la obra de Carlos Rodríguez Cárdenas se teje una trama que aborda la emigración, la desacreditación de la retórica y la iconografía política oficial, y el arte contestatario”.
“La guerra es una prueba de choque y hasta ahora todo indica que el sistema patronal ruso la está superando con mucho éxito. Y todos están demostrando activa o pasivamente su lealtad a Putin”.
Celestino antes del alba ilustra la pelea sempiterna entre el poder castrante y la poesía.
‘Mujercitos’ te presta cualquier cosa que ayude a liberarte: un dedo para vomitar, una idea para reventar el país, una mano para masturbarte, una garganta para gritar y unos dientes para morder. A falta de carne, pieles para canalizar la rabia.
Ha muerto una persona en una de mis películas, no lo puedo creer. Su rostro estará conmigo mañana en el rodaje, y en la edición, y en la película por siempre.
“Llegó el momento en que me animé a escribir, y era un proceso muy religioso: cada ocho días teníamos que someter un texto nuevo. Ya no solo discutíamos los libros, sino que se revisaban nuestros textos, pero en una carnicería misógina increíble”.
El desatinado comentario de Ávila me hizo hurgar en la memoria-pájara; su arenga moralista me trajo de vuelta a esos momentos en que me debatía si reconocerme gay o maricón eran cosas diferentes.