En Cuba, la noción de canasta básica alimentaria (CBA) no es técnica: es una disputa política y epistemológica.

En Cuba, la noción de canasta básica alimentaria (CBA) no es técnica: es una disputa política y epistemológica.
“No pudieron quitarte el placer de que la pinga se te pare así”, asegura ella y lo palpa. “Aunque igual esté mutilado”, acota él.
Yo misma he usado páginas de obras clásicas para recoger excrementos de mis gatos.
Conversamos con Cristina María Rodríguez Pentón, pastora evangélica y presidenta del Ministerio Mujer a Mujer, una de las voces más firmes contra la opresión del régimen.
Pedro Medina es un hombre de béisbol. Haberlo visto llorar frente a millones de personas cuando consumió su último turno al bate, lo confirma.
Las aventuras y desventuras de “un raro Quijote eslavo” en La Habana.
WSJ: “La entrevista del líder ruso con el ex presentador de Fox News se convirtió por momentos en una larga lección de historia”.
“Nayib Bukele ha sometido a las pandillas criminales de El Salvador. Si bien el país es ahora más seguro —y él extremadamente popular—, sus rígidas tácticas han sido a costa de las libertades civiles”.
Empezó por un tuit. Yo había posteado algo predeciblemente de extrema izquierda y a favor de la Revolución Cubana.
Cuando la ficción no se nota: un filme sobre la adolescencia en Cuba y la espera del Yuma prometido.
Observó las aristas menos épicas, pero quizás más humanas, de la Revolución en sus primeras décadas.
Toda la libertad del mundo para actuar y toda la soledad para tomar nuestras propias decisiones.
El grito del oprimido. El semen liberado y el dolor durante el parto. La ira transformada en fuerza demoledora.
¿Quién hubiera podido imaginar que tener un tatuaje que dice “libertad” en la cadera iba a ser motivo para separarme de mi hijo?
Hombres con sus cuerpos flotando sobre balsas. O expuestos al sol, con el trasero al aire, en duchas.
¿Por qué el paisaje de la ciudad que conocemos, día tras día, se nos hace más distante?
Pedro Enrique Rodríguez Uz (La Habana, 1985) es periodista y fotógrafo. Fundador de ‘Play-Off Magazine’, el principal medio deportivo independiente de Cuba.
La expropiación revolucionaria en Cuba no ha generado bienestar colectivo, sino una privatización encubierta del patrimonio a favor del Estado.
El grito del oprimido. El semen liberado y el dolor durante el parto. La ira transformada en fuerza demoledora.
El nivel de restricción más severo prohibiría por completo la entrada a ciudadanos de 11 países en Estados Unidos, entre ellos, a los cubanos.
Time: “Thomas Matthew Crooks, de 20 años y cuyos motivos siguen sin estar claros, fue identificado como el único sospechoso del intento de asesinato de Trump”.
WSJ: “El casi atentado en el mitin de Pensilvania es milagroso y podría ser un momento político redentor”.
Gustavo Rodríguez, “Garrincha” (La Habana, Cuba, 1962) es periodista gráfico, caricaturista y artista visual. Vive exiliado en Miami.
Lilo Vilaplana (Cuba, 1965) es cineasta, escritor y docente. Ha dirigido numerosas series de televisión y películas. ‘Plantados’ y ‘Plantadas’, sus filmes más recientes, son un compromiso con la memoria del presidio político cubano.
El muy parcial enfoque que se alienta desde los olimpos culturales hace dudar de la sinceridad del remordimiento blanco.
Es la Uneac, la organización que acompaña proyectos que coartan la libertad creativa, la que atropella a mujeres intelectuales; la que ideologiza y politiza el consumo culturaly educativo de las niñas y los niños cubanos.
No hay eventos a los que acudir: ni tertulias, ni festivales, ni espacios de opinión donde se pueda debatir qué se debería hacer con las estatuas, una vez que el sistema se desplome.
Insatisfechos de no poder hacer arte, sino de perpetuamente pensarlo y sopesarlo, queríamos pasar a la acción.
“Con una obra anclada en la pintura y en el dibujo, Raychel Carrión escruta la realidad cubana desde los emplazamientos del autoritarismo y la violencia”.
“Ejercer el periodismo independiente en Cuba supone una precariedad permanente, que comporta la exclusión, el asedio y la falta total de garantías legales”.
Por fin cedo y me abro a su aliento, a su saliva. Y el paisaje cambia, como si todo estuviera más destruido y más triste.
Martí nos puso a financiar una Guerra Santa llamada la Independencia, sublimando la historia del horror y trasquilando la barbarie en belleza.
Quiere hacer el viaje cual Dante caribeño, sin Virgilio y con una Beatriz incrédula.
Veo a través de estos óleos la posibilidad, muy remota, de evitar el genocidio.
En una de esas tardes de desesperación, la profesora me comenta la decisión: “Abandonaré el país, lo estoy vendiendo todo”.
La imagen del Che se convierte en ídolo y moneda de cambio, sobrevalorada y sobreexplotada para beneficiar a unos y perjudicar a otros.