Una reciente decisión judicial podría poner en peligro la permanencia en los Estados Unidos de un grupo de cubanos. La sentencia afecta a la situación legal de ciudadanos cubanos como Yusmier Mesa y José Manuel Garcés, que llegaron a al país tras un peligroso viaje desde Cuba.
Mesa y Garcés no se conocen, pero comparten historias similares, entraron ambos en EE.UU. por la frontera sur y se les expidió un formulario conocido como I-220A. Este documento, si bien les concede beneficios temporales como un permiso de conducir y un permiso de trabajo, no les concede ningún tipo de residencia ni parole humanitario en Estados Unidos.
Esta precaria situación se ha intensificado tras una decisión de la Junta Federal de Apelaciones de Inmigración. El fallo, emitido a principios de septiembre, establece que los cubanos a los que se ha concedido la I-220A no pueden acogerse a los beneficios de la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, que tradicionalmente permitía a los cubanos solicitar la residencia permanente tras un año en EE.UU.
Esta decisión ha conmocionado a la comunidad cubana. Muchos, como Mesa, que ha establecido su vida en Nueva Tampa, temen que sus sueños y esfuerzos sean en vano. El viaje de Mesa a Estados Unidos duró cuatro años y 13 países, desde Cuba hasta Guyana, pasando por Sudamérica y la frontera de Texas. Ahora, se enfrenta a las pesadillas de ser deportado de vuelta a Cuba, un destino que no sólo supondría un revés personal, sino que también dificultaría su capacidad para mantener a su familia.
La decisión del tribunal ha sido recibida con protestas y protestas de la comunidad cubana y sus defensores. En Tampa, exiliados cubanos y expertos jurídicos han expresado su preocupación, destacando las posibles repercusiones en la reunificación familiar y la difícil situación de miles de cubanos en peligro. Expertos legales como Milton Márquez y Danielle Hernández han subrayado la confusión y los complejos retos legales a los que se enfrentan ahora los que tienen el estatus I-220A.
La historia de Garcés, un antiguo dentista en Cuba, refleja los temores e incertidumbres de Mesa. Tras abandonar Cuba en 2022, Garcés se encuentra ahora en un limbo, incapaz de integrarse plenamente o de perseguir sus aspiraciones profesionales en Estados Unidos.
La situación pone de relieve una cuestión más amplia de la política de inmigración y su impacto humano. Los cubanos, antaño beneficiarios de una política de inmigración más indulgente, se enfrentan ahora a un futuro incierto en Estados Unidos.
Se agrava la crisis económica cubana
Funcionarios cubanos revelan la grave escasez de alimentos y combustible, con una reducción de los suministros esenciales de más del 50%.
